Por: VenEconomía
Este martes 13 de agosto el Parlamento Nacional de Venezuela mostró a plenitud el estado de degradación en el que ha caído el órgano legislador del Estado y donde se supone está representada la diversidad de criterios y posiciones políticas de todos los venezolanos.
El estado infame de esta Asamblea Nacional rememora las luchas que realizaban en el circo romano los gladiadores, cuerpo a cuerpo, o grupo a grupo, para satisfacer el morbo de las élites en el poder por el derramamiento de sangre humana. Luchas estas que fueron “la manifestación y al mismo tiempo, el fomento de la más crasa desmoralización del mundo antiguo…, un espectáculo de caníbales…, la sombra más negra que pesa sobre Roma”, como describió el historiado alemán Christian Matthias Mommsenen Una Historia de Roma.
La sesión de este martes 13 lejos de quedar escrita como una jornada de trabajo legislativo para buscar mejorar la crítica situación económica y social en donde está sumido el país, permanecerá marcada en la memoria del colectivo como ¨la sombra negra que pesa sobre Venezuela¨, resultado de estos más de 14 años de un gobierno cuyo morbo parece ser el eliminar toda disidencia política y destruir a los dirigentes de millones de venezolanos que quieren vivir en paz, libertad y democracia.
Fue una jornada donde de nuevo la ¨mayoría¨ de la bancada oficialista abusó de su poderío, construido con maquinaciones que tiene la magia de conviertir menos votos en más escaños parlamentarios.
Hace ya poco menos de tres meses los venezolanos observaron por las pantallas de sus televisores cómo diputados y diputadas del PSUV agredían físicamente a diputadas y diputados de la alianza democrática, ante la mirada impávida y ¿complaciente? del Presidente de la Asamblea Nacional.
Ahora se repite la historia.
Luego de crear una expectativa en la población sobre las revelaciones que se harían en la sesión de este martes, dentro de la nueva bandera anticorrupción que esgrime el gobierno más corrupto de la historia del país, los ciudadanos vieron cómo diputados del PSUV trataron de amedrentar y acorralar a los diputados de la alianza democrática. Estos diputados lanzaron no solo acusaciones al voleo de corrupción contra el partido Primero Justicia mostrando ¨pruebas¨ de cuestionada credibilidad, sino fueron prolijos en improperios y groserías inapropiadas a lo que debería ser el máximo foro de respeto a la democracia y libertad de un país.
Esta barbarie vivida en el Parlamento, tiene sus orígenes en 1999 cuando el discurso violento e intimidante del difunto Chávez pedía freír en aceite caliente las cabezas de los adecos y copeyanos, y que permaneció inamovible hasta poco antes de su muerte cuando vociferaba que Henrique Capriles era la nada.
Y que todo indica que en adelante se profundizará si se lee el mensaje del diputado Eloy Méndez, quien al mostrar su apoyo a Nicolás Maduro en su declaratoria de guerra sin cuartel contra la corrupción, argumentó ¨Bolívar decretó la pena de muerte a los corruptos, así hay que hacerle a los corruptos y a los jueces que permitan esto. No dejemos que el nuevo modo de hacer política se instale en el país. Tenemos que erradicar del país al cartel amarillo”.
Entonces ¿qué extrañar que fuera de foro parlamentario los venezolanos se enfrenten violentamente por una vivienda, un kilo de leche o un rollo de papel tualet?
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