El epicentro del sismo, que afectó al extremo norte de la Isla Sur de Nueva Zelanda, tuvo una profundidad de unos ocho kilómetros, similar a un temblor mortal que golpeó a la ciudad de Christchurch en el 2011.
"El edificio se sacudió y (el movimiento) seguía y seguía y seguía. Hay un montón de policías aquí y sirenas de bomberos sonando. Es bastante aterrador", dijo Chris Birks, director general del Hotel d'Urville en Blenheim, cerca del epicentro del terremoto.
Las autoridades de bomberos dijeron que era demasiado pronto para evaluar el impacto completo. Hubo reportes de daños superficiales a los edificios por el sismo, que destruyó ventanas e hizo caer artículos de los estantes de los supermercados.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés) originalmente midió el sismo con una magnitud de 6,8, pero más tarde revisó esa cifra a 6,5. El servicio de monitoreo de terremotos de Nueva Zelanda GNS Science dijo que la magnitud fue de 6,2.
El temblor no provocó una alerta de tsunami generalizada, de acuerdo con el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, aunque hubo una serie de fuertes réplicas.
Algunas personas quedaron atrapadas en los ascensores en Wellington, una ciudad de 400.000 habitantes que se extiende a través de colinas junto a una falla geológica importante.
Los servicios aéreos y de ferrocarriles fueron suspendidos mientras funcionarios revisaban las vías y pistas de aterrizaje en búsqueda de daños. Hubo cortes de electricidad generalizados en el norte de la Isla Sur.
Video cort. RT en español
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