Por: VenEconomía
En su estrategia por evadir responsabilidades de la crisis económica y de la sequía de dólares, el gobierno de Nicolás Maduro no deja de señalar culpables por todas partes. Desde el imperio, los “parásitos burgueses” como denomina a sus opositores políticos, Fedecámaras, Consecomercio, VenAmCham, los medios de comunicación, los viajeros raspacupos, e incluso ahora las aerolíneas que operan en Venezuela.
Esta última acusación salió de la boca del presidente del Indepabis, Eduardo Samán, quien viene afirmando desde hace una semana que las líneas aéreas estarían aplicando “estrategias para recolectar dólares en perjuicio de los pasajeros que quieren viajar al exteriory no pueden por el alto costo de los pasajes”. Señalando que“ quienes están cayéndole a las divisas, quienes están chupando dólares no hay duda que son las líneas aéreas, en complicidad con algunas agencias de viajes”. Denuncia que las aerolíneas están duplicando o triplicando el costo del pasaje en dólares que reciben de Cadivi, a la vez que restringen la oferta de los pasajes económicos y de clase turista.
Un señalamiento que, siguiendo el patrón de ataque a los sectores privados de los últimos tres lustros, vino acompañado con la amenaza de que se procedería con la cadena de fiscalizaciones a “las agencias de viajes, las líneas aéreas y en los aeropuertos para frenar el alto costo de los pasajes”. Esta vez los encargados de aplicar los torniquetes serían el Indepabis, Cadivi; el INAC y el Ministerio de Turismo.
Samán no oye explicaciones de los representantes de las aerolíneas ni se pasea ni remotamente por el hecho de que este sector, como casi la totalidad de los otros sectores productivos, ha sido estrangulado por la errada política cambiaria y por un gobierno maula que acumula una deuda de unos $2 millardos con las líneas aéreas que operan en el país. Las aerolíneas para protegerse contra la devaluación han estado aumentando sus tarifas, pero las aparentemente infladas tarifas actuales no son ninguna protección contra una devaluación hasta, digamos, Bs.10:$, por ejemplo. Además, aunque así fuera, son pocas las posibilidades de que Cadivi ponga muchos dólares a la disposición de las líneas aéreas, aún después de la devaluación esperada.
Por su parte las aerolíneas nacionales también están pagando los platos rotos debido a que como es práctica usual, la regulación de las tarifas que impone el gobierno, no alcanza para cubrir costos y las obliga a operar con pérdidas. A lo anterior se suma el hecho de que Cadivi engaveta la mayoría de las solicitudes de dólares de las empresas de aviación privadas, lo que significa que las aerolíneas no han podido actualizar sus flotas y se les agota el inventario de repuestos, lo que ha llevado a que el parque de las aerolíneas nacionales de Venezuela sea el más antiguo del mundo.
El corolario es que las manos rojas, rojitas estrangulan a otro sector privado, pero lo responsabilizan ante la opinión pública, mientras la población paga los platos rotos en insuficiencia y altos costos de lospasajes nacionales e internacionales.
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