Por Natalia Ramos (AFP)
CARACAS — Pasillos a media luz, escaparates que no relucen, gimnasios en penumbra y cines a temperatura ambiente son ejemplos del resultado de medidas tomadas por los comerciantes en Caracas para reducir el consumo energético ante una crisis que amenaza con dejar la ciudad a oscuras.
En un concurrido gimnasio en la zona este de Caracas, los pasillos lucen en penumbras. No están activados ni el sauna ni los baños de vapor y el calor tropical caraqueño hace de las suyas con pocos ventiladores funcionando.
"Así bajamos el consumo. Apagamos todas las luces de los pasillos; durante la mañana alumbra la luz del sol y en la tarde sólo las encendemos desde las seis", comenta a la AFP Belkis Pérez, recepcionista de este gimnasio.
Los cambios han valido la pena. En la entrada, un amplio letrero de la Corporación Eléctrica Nacional destaca a todo color que "este recinto ha contribuido al ahorro de energía" reduciendo un 20% de su consumo.
"Es que en las 'horas muertas' apagamos sauna, ventiladores y luces", enumera. "Bajamos el consumo pero se ve horrible", lamenta de inmediato.
En un edificio de 15 pisos en el activo distrito comercial de Chacao, los trabajadores esperan el ascensor en un hall completamente a oscuras. Sólo dos de los cuatro elevadores funcionan y el aire acondicionado es escaso.
"Todo se está volviendo un problema en Caracas: el tráfico, el metro lleno, estamos a oscuras, hay que hacer fila hasta para los ascensores", se queja un oficinista.
El panorama no es mejor en otros comercios de Caracas. En una charcutería, que no puede prescindir de las neveras y las vitrinas refrigeradas, tres dependientas conversan en semioscuridad.
"Tenemos la mitad de la tienda apagada. No usamos los bombillos durante el día y apagamos un ventilador. Es todo lo que logramos hacer, no podemos apagar las neveras", explica a la AFP Loreana Diturris, una de las vendedoras.
"Yo en mi casa hago lo mismo", comenta Osmary León. "Lo que no sea necesario lo apago y así ahorro", agrega.
El objetivo del gobierno de reducir un 20% del consumo energético nacional no afecta sólo a industrias y comercios, sino también a los consumidores residenciales, que se arriesgan a cobros extra en sus tarifas de electricidad.
La medida fue lanzada a mediados de febrero, la más reciente de un paquete implementado a lo largo de los últimos cuatro meses por el gobierno de Hugo Chávez para enfrentar una crisis energética galopante que tiene casi en un nivel de "emergencia" al embalse del Guri, que surte un 70% de la energía consumida en Venezuela.
Así, el gobierno monitorea a comercios e industrias considerados "altos consumidores" de energía, exigiéndoles que reduzcan su consumo hasta en un 20%. En caso de no cumplir, enfrentarán cortes del servicio.
Por estos días, Chávez afirmó que en un primer control más de 60% de altos consumidores no ha cumplido con la meta de ahorro, un asunto que calificó de "muy grave".
"Tenemos que ser muy firmes en la aplicación de las sanciones", aseguró el mandatario.
Entre miércoles y jueves, un concurrido centro comercial de Caracas cerró sus puertas al público por 24 horas para ahorrar energía. En algunos cines, además, se advierte a los asistentes que ya no hay aire acondicionado para refrescar las salas.
Los centros comerciales, espacios de ocio vitales en una ciudad golpeada por la violencia, ya tuvieron que reducir sus horarios de apertura, bajar las luces de pasillos y escaparates además de disminuir el aire acondicionado.
"No se puede reducir el consumo eléctrico sin sacrificar la producción", advierte el presidente de la patronal Fedecámaras.
Aunque para los críticos del gobierno la crisis se debe a la falta de inversiones en generación eléctrica y la mala gestión, para Chávez la causa es el derroche de los recursos energéticos del país durante años.
"Apaguemos la luz, compadre. Hay demasiado derroche", dice el mandatario en un aviso publicitario transmitido por la televisión.
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