jueves, 4 de marzo de 2010

Seguridad en bombas de gasolina depende del humor de usuarios

Expertos recomiendan a clientes y surtidores aplicar las normas

Fuman, no apagan los motores de sus vehículos y conversan por celular mientras cargan gasolina. Los accidentes que se han producido en los últimos meses en algunas estaciones de servicio de la ciudad parecen no haber sido suficientes para ciertos clientes. Al menos esa es la queja unánime de los operarios.

A pocas cuadras de la estación que se incendió este lunes en la avenida Casanova, en la bomba El Rosal, Francisco Pérez, surtidor, se queja de la rebeldía de sus clientes.

Luego de enterarse del accidente de sus vecinos, ahora cuando llegan las gandolas a cargar combustible pone los conos de seguridad y se aleja. "Nadie está pendiente de cuidarse, si los clientes quieren incendiarse, yo no", aseguró.

Un usuario, Francisco Blanco, le discutió. A su juicio, si alguien se niega a cumplir las normas, los operarios deben negarse también a venderles.

Ese es el método que aplica Francisco Padrino, surtidor desde hace 28 años y con 14 en la estación Puente Acuño, muy cerca del cuartel San Carlos.

Allí, a la desobediencia de los usuarios se suma la cantidad de indigentes que hay en los alrededores: "Cuando nosotros cerramos, a las 8 de la noche, se ponen a fumar droga sobre las islas (máquinas surtidoras), eso es un peligro", se quejó. Los dueños aseguran que el negocio no produce lo suficiente para contratar vigilantes.

El presidente de Metrogas, Rómulo Arreaza, explicó que la mayorista (Pdvsa) es el organismo encargado de supervisar que los responsables de las estaciones cumplan con su parte, aunque como el de los indigentes, hay detalles que se escapan. Los encargados deben entrenar al personal, tener extintores, agua y verificar el buen funcionamiento de los picos y las mangueras.

En la estación que él mismo dirige, en Tazón, se ha enfrentado con casos como la entrada de vehículos en llamas: "Es una locura, vienen a buscar ayuda aquí, sin pensar en las consecuencias que podría tener. La ocurrencia de accidentes en el país no es alta, pero debería haber más prudencia".

En un recorrido por algunas estaciones de servicio de la ciudad se observó que la mayoría de los avisos están deteriorados. Algunos dueños de bombas de gasolina opinaron que Pdvsa ha descuidado estos "detalles" por su dificultad de asumir tantas estaciones. Solo en Caracas son 247.


Maye Albornoz
EL UNIVERSAL

 

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