“En este momento el problema es coyuntural pero también es un problema de fondo estructural donde existe inseguridad jurídica y personal...un gobierno que cada vez que ve una finca bonita quiere meterle la mano”, sostuvo al citar como ejemplo el caso de la finca La Carolina.
Explica que la cadena agroalimentaria está compuesta por eslabones que deben estar firmemente unidos. “El gobierno ha tratado de romper esa cadena, cuando se reúne aisladamente con los carniceros. Los ganaderos es el eslabón más golpeado de las ganancias”, señala.
Insiste que el producto más caro es el que no se consigue. “Esto es lo que sucede cuando se producen políticas de regulación de precios por muy largo plazo”, dice.
Aclara que a en un corto tiempo esa política funciona, sin embargo resalta que cuando los insumos no son controlados y “van subiendo por el ascensor”; y los precios están congelados “quedándose en la planta baja”, los costos de producción arropan.
Recuerda que cuando se habla de animales, se tiene que tomar en cuenta el ciclo biológico. “Así quisiéramos acelerar el crecimiento y el engorde es imposible, nosotros necesitamos mínimos tres años para sacar un animal desde que la vaca se preña hasta que llega al plato de los consumidores”, añade.
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