MADRID (AFP) - Los príncipes de Asturias y los ocho nietos del rey Juan Carlos aceptaron una herencia de casi 10 millones de euros de un mallorquín, cuatro millones de los cuales serán destinados a una fundación para la formación de jóvenes, según la Casa Real.
El resto, una vez pagados impuestos de sucesión que superan los tres millones de euros y casi 2 millones de bienes inmobiliarios dejados sin vender, será repartido entre diez herederos, a cada uno de los cuales le corresponderá un monto neto calculado en 70.000 euros, precisó un comunicado publicado el viernes.
Juan Ignacio Balada Llabrés, un empresario millonario de las Islas Baleares, fallecido en noviembre, legó su fortuna a los Príncipes y a los nietos del Rey, a condición de que un 50% del monto sea consagrado a una fundación de interés general.
El anuncio de la herencia, en enero, había incomodado a la Casa Real, que jamás había tenido contacto con el empresario y desató algunas críticas de los partidos de izquierda, que pidieron que el dinero fuera para el Estado.
Tras una reflexión, el legado fue aceptado y sobre el monto calculado en 10 millones, un 40% será dedicado a una fundación para "el empleo y la formación" de la juventud, así como a proyectos sociales y culturales.
El príncipe Felipe y su esposa, doña Letizia, precisaron el viernes que dedicarán los 140.000 euros de su parte a obras sociales. Los nietos decidirán cuando sean mayores de edad lo que harán con sus 70.000 euros.
Si la Familia Real no hubiese aceptado la herencia, habría ido al Estado de Israel, según el testamento del empresario.
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