La huelga afectó especialmente a la compañía Easyjet en su base del aeropuerto de Schönefeld, donde se vio obligada a suspender una veintena de sus vuelo programados.
Un portavoz de la compañía de bajo coste expresó su irritación por la huelga y señaló que la mayoría de sus vuelos habían sido suspendidos la noche anterior "para evitar a los pasajeros las incomodidades" de encontrarse varados en tierra sin previo aviso.
La docena de vuelos restantes suspendidos se produjeron en el aeródromo de Tegel, el principal de la capital alemana, y afectaron a las dos grandes compañías alemanas, Lufthansa y Air Berlin.
Estas dos últimas compañía pudieron, sin embargo, facturar la mayoría de sus vuelos al suplir con personal propio las ausencias de los huelguistas.
La huelga, convocada por el sindicato alemán de servicios públicos Verdi, comenzó a las 04.00 horas (02.00 GMT) y finalizó a las 10.00 horas (08.00 GMT), y a la misma se sumaron unos 400 empleados de tierra encargados, entre otras cosas, del manejo de los equipajes.
Verdi convocó a la huelga a los 2.000 empleados de la empresa Globe Ground Berlin (GGB), su filial Ground Service Internacional (GSI) y la firma Acciona, que suman el 90 por ciento del personal de tierra en los citados aeródromos.
La huelga fue convocada tras el fracaso de las cinco reuniones celebradas hasta ahora entre la patronal y el sindicato para negociar el convenio colectivo de los trabajadores de tierra.
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