Por Servicios de El Nuevo Herald/NUEVA ORLEANS
Cinco años y millones de dólares después, el Cuerpo de Ingenieros Militares dijo el viernes que Nueva Orleans es mucho más segura y sus defensas podrían soportar una tormenta tan fuerte como el mortífero huracán Katrina que inundó el 80 por ciento de la ciudad.
Muchos habitantes, incluso detractores del Cuerpo de Ingenieros, sostuvieron que la evaluación de las obras en el sistema de terraplenes es bastante justa.
Desde que Katrina inundó Nueva Orleans el 29 de agosto del 2005, dejando casi 2,000 muertos, la ciudad se convirtió en una obra en construcción las 24 horas y el Congreso dio a los ingenieros militares más de $14,000 millones para reparar y mejorar las defensas. Las numerosas brechas en los terraplenes permitieron las inundaciones que devastaron la zona. Según el cuerpo, se ha realizado la mitad del trabajo, y el resto estará concluido a mediados del año próximo.
‘‘La buena noticia es que el Cuerpo de Ingenieros ha comprendido la urgencia'' de la tarea, dijo Sandy Rosenthal, director ejecutivo de Levees.Org, grupo cívico que ha librado muchas batallas contra el cuerpo. "Por sus acciones, palabras y hechos parece que hacen todo lo posible por cumplir el plazo''.
La amenaza de una inundación sigue siendo una de las principales preocupaciones de la ciudad, cuya población se ha reducido al 80 por ciento del total antes de Katrina.
El cuerpo se ha impuesto el plazo de junio del 2011 para proteger mejor a la ciudad de las grandes tormentas, y asegura que puede cumplirlo. Una vez finalizadas las obras, muy pocas partes de la ciudad se inundarían con una nueva tormenta de la magnitud de Katrina.
Y aunque semejante tormenta se produjera mañana, la ciudad estaría en condiciones mucho mejores que antes, aseguran sus jefes. "Esto podría soportar la crecida del huracán Katrina si siguiera el mismo rumbo que en el 2005'', indicó el coronel Robert A. Sinkler, el oficial de ingenieros a cargo de las obras en terraplenes, mientras pasaba en su bote frente al enorme muro en construcción a través de 3,200 metros de agua y pantano cerca del barrio Lower 9th Ward.
La colosal estructura de casi 26 pies de altura, construida a un costo de $1,400 millones, debe impedir que la crecida inunde el Canal Industrial, conocido como el "talón de Aquiles'' del sistema de defensas.
Entretanto, el administrador de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), estuvo reunido ayer con alcaldes en la ciudad de Biloxi, Mississippi, que también recibió la furia de Katrina.
Mientras, la reconstrucción de Nueva Orleans atrajo a miles de trabajadores latinos que han cambiado el rostro de la ciudad de mayoría negra. Cinco años después, una comunidad hispana asentada aquí reivindica su lugar entre tensiones raciales.
El artista José Torres-Tama narró que en un foro de empresarios en el 2005, el entonces alcalde Ray Nagin preguntó: "¿Cómo puedo asegurarme de que Nueva Orleans no sea invadida por trabajadores mexicanos?".
Muchos habitantes, incluso detractores del Cuerpo de Ingenieros, sostuvieron que la evaluación de las obras en el sistema de terraplenes es bastante justa.
Desde que Katrina inundó Nueva Orleans el 29 de agosto del 2005, dejando casi 2,000 muertos, la ciudad se convirtió en una obra en construcción las 24 horas y el Congreso dio a los ingenieros militares más de $14,000 millones para reparar y mejorar las defensas. Las numerosas brechas en los terraplenes permitieron las inundaciones que devastaron la zona. Según el cuerpo, se ha realizado la mitad del trabajo, y el resto estará concluido a mediados del año próximo.
‘‘La buena noticia es que el Cuerpo de Ingenieros ha comprendido la urgencia'' de la tarea, dijo Sandy Rosenthal, director ejecutivo de Levees.Org, grupo cívico que ha librado muchas batallas contra el cuerpo. "Por sus acciones, palabras y hechos parece que hacen todo lo posible por cumplir el plazo''.
La amenaza de una inundación sigue siendo una de las principales preocupaciones de la ciudad, cuya población se ha reducido al 80 por ciento del total antes de Katrina.
El cuerpo se ha impuesto el plazo de junio del 2011 para proteger mejor a la ciudad de las grandes tormentas, y asegura que puede cumplirlo. Una vez finalizadas las obras, muy pocas partes de la ciudad se inundarían con una nueva tormenta de la magnitud de Katrina.
Y aunque semejante tormenta se produjera mañana, la ciudad estaría en condiciones mucho mejores que antes, aseguran sus jefes. "Esto podría soportar la crecida del huracán Katrina si siguiera el mismo rumbo que en el 2005'', indicó el coronel Robert A. Sinkler, el oficial de ingenieros a cargo de las obras en terraplenes, mientras pasaba en su bote frente al enorme muro en construcción a través de 3,200 metros de agua y pantano cerca del barrio Lower 9th Ward.
La colosal estructura de casi 26 pies de altura, construida a un costo de $1,400 millones, debe impedir que la crecida inunde el Canal Industrial, conocido como el "talón de Aquiles'' del sistema de defensas.
Entretanto, el administrador de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), estuvo reunido ayer con alcaldes en la ciudad de Biloxi, Mississippi, que también recibió la furia de Katrina.
Mientras, la reconstrucción de Nueva Orleans atrajo a miles de trabajadores latinos que han cambiado el rostro de la ciudad de mayoría negra. Cinco años después, una comunidad hispana asentada aquí reivindica su lugar entre tensiones raciales.
El artista José Torres-Tama narró que en un foro de empresarios en el 2005, el entonces alcalde Ray Nagin preguntó: "¿Cómo puedo asegurarme de que Nueva Orleans no sea invadida por trabajadores mexicanos?".
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