No está considerada la ciudad más peligrosa de Latinoamérica, ni la segunda más peligrosa del mundo. No tiene horas de "toque de queda" ni hay en un fin de semana tantos muertos como en una guerra de Oriente Medio. De hecho es conocido su avance en materia de seguridad personal gracias a la labor de sus alcaldes durante las décadas de los ochenta y los noventa. Sin embargo, para los bogotanos ser una localidad relativamente segura no es suficiente, por lo que la Cámara de Comercio de Bogotá ha iniciado una campaña de concienciación a los ciudadanos para que sean los primeros en ser responsables de su seguridad. Mientras tanto, en la capital de su país vecino y hermano, a pocos kilómetros de distancia, su alcalde se dedica a organizar la campaña del PSUV y a "demoler" a la oposición.
Cort. TalCualDigital
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