"La tormenta de los cuatro vientos nos viró del camino"

El sol y la sed los golpeó en esos tres días (CARIBE FOCUS)

Con algarabía, La Galera recibió a sus 31 extraviados sanos y salvos
 

EL UNIVERSAL
Porlamar.- "Salimos de madrugada; de repente todo se puso negro, no se veía nada, la lluvia nos atacaba y más tarde supimos que nos desviamos del camino". Con la mano en el pecho, Luisa Rojas de Zabala, tripulante del peñero Juperluis, cuenta la travesía vivida en altamar, y dice que "si no hay necesidad", no volverá a Los Testigos.

Desde el mediodía, La Galera, municipio Marcano, se declaró de fiesta por la llegada de los primeros 21 residentes, que lograron superar el naufragio ocurrido la mañana del sábado 11 de septiembre.

"Sálvame, negro, no permitas que nada le suceda a tu hijo", fueron las oraciones de Luisa, quien viajó con su hijo, el lanchero César Zabala, y su nieto de 13 años, a la tradición de festejar a la Virgen del Valle en Los Testigos.

Al saberse perdidos, "recogimos el agua de lluvia con el plástico que nos tapaba, la echamos en un envase y nos sirvió para el sábado... ya el domingo nos hidratamos tomando orine y agua salada".

Henry Hernández, lanchero del peñero Duber José, corrobora que porque son gente de mar pudieron salvarse. "Decidimos guardar un poco de combustible por si avizorábamos algún barco para acercarnos". Trataron de anclarse para alejarse lo menos posible, pero, "200 brazadas de cuerda y no tocamos fondo".

Hernández dice que lo que ocurrió fue a causa de "la tormenta de cuatro vientos, que nos viró del camino, eso era agua por los cuatro costados".

César Zabala, quien también festejaba con sus amigos el regreso al pueblo, también contó su experiencia, "lo que vivimos no se lo deseo a nadie, el mal tiempo nos desvió, yo estaba tranquilo, pero esto no se lo deseo a nadie". Al igual que los demás náufragos, dice que pasará la página, pues su vida es y seguirá siendo el mar. "Apenas descanse me vuelvo a echar al mar". Pero coincide en que hay que usar más tecnología. ACA