miércoles, 22 de septiembre de 2010

No alcanzó a mudarse

Fotos por: Manaure Quintero
Robert José Aguilera le faltaba completar dinero para comprar una nueva casa en un lugar estable cuando fue tapiado en la tragedia de Blandín. Los vecinos exigen que el Estado responda con soluciones y no con promesas
Por: Daniel Palacios Ybarra/TalCualDigital
A Robert José Aguilera no le alcanzó la vida para cumplir su propósito inmediato: mudarse del mismo lugar donde encontró la muerte el pasado lunes, en el sector Blandín de la carretera vieja Caracas-La Guaira.

El hombre de 47 años, quien trabajaba en la Electricidad de Caracas, se encontraba con su hermana, su esposa y cuatro hijos en la humilde vivienda donde vivía, propiedad de su padre, cuando a las 6 de lamañana fueron envueltos por un talud de tierra que tapió la casa y arrasó con sus existencias.

Según contó María Vergara, "mi cuñado Robert estaba gestionando mudarse a otro lugar de Caracas este mismo año. Él quería salir de aquí desde hace mucho tiempo. Sólo le hacía falta completar un dinero para irse a una vivienda estable con todo el núcleo familiar".

Vergara, quien es cuñada de otra de las víctimas, Seila Aguilar, agregó que en este hogar imperaba la fraternidad entre todos sus miembros. El resto de los infortunados son Anaily Indriago de Aguilera, Zilen Ibairi Gutiérrez Aguilera, además de dos niños y un adolescente.

Hasta el cierre de esta edición fueron rescatados cinco cuerpos de los siete fallecidos. La inestabilidad del terreno ha dificultado la labor de búsqueda por parte de 400 bomberos de Distrito Capital, rotados en turnos de ocho horas. A la 1:00 pm, estos debieron hacer frente a una severa lluvia de media hora que interrumpió su labor.

Ayer en la tarde persistían los trabajos para desenterrar los cadáveres de Robert José y un pequeño de cinco años. Mientras esto ocurría, Octavio Aguilar, padre, abuelo y suegro de los infortunados, reventó en gritos y llanto, cuando descendía las escaleras del sector Marigüitar.

No es para menos. Aguilar, sobre el peso de sus 74 años, debe asumir la muerte de sus siete familiares y la pérdida de su casa.

El comisario Job Pérez, de la Brigada de Acciones Especiales del Cicpc, dijo que espera que "antes de que caiga el sol sean rescatados los dos cuerpos que faltan. Los otros cadáveres permanecen en la coordinación de ciencias forenses donde se les practicará la autopsia", informó.

TEMEN QUE EL ESTADO LOS DESAMPARE
Según la Agencia Venezolana de Noticias, ayer fueron movilizadas a El Junquito 60 familias del sector que se encuentran en situación de riesgo. Jorge Rodríguez, alcalde de Libertador le propuso a la comunidad "un terreno de esta parroquia donde se construirán viviendas de transición que rápidamente pueden ser instaladas, mientras estas se construyen en un lapsos de 2 meses vamos a colocar a las familias afectadas en refugios dignos en El Junquito y Catia", declaró a Venezolana de Televisión.

Esterlina León se negó a desalojar su vivienda en Blandín, donde habita desde hace 56 años, pues sostiene que cuando acaecieron las lluvias en 1999 "el Estado declaró esto como zona inhabitable, pero sin ofrecernos solución habitacional", denunció.

León reconoce que no le asusta vivir en esas condiciones de peligro, aún cuando está cerca del lugar del desastre.

"No voy a ningún refugio, pues para pasar trabajo allá, prefiero que sea aquí pero metida en mi casa. De tener seguridad de que el Gobierno nos reubicará en otras casas, pues hace mucho hubiese accedido a irme de aquí".

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