El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al parecer quiere seguirle los pasos a su homólogo, Hugo Chávez, con sus críticas a la libertad de prensa, dijo el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Alejandro Aguirre, en una entrevista publicada por el diario O Globo.
Aguirre calificó como "algo peligroso" los recientes ataques de Lula a los medios de comunicación que critican a su Gobierno, de los que dijo que actúan como partidos políticos, y advirtió que la libertad de prensa es "un derecho que pertenece al pueblo y no al Gobierno".
"En este caso ahora, vemos a un Gobierno con deseo de seguir los pasos de otro Gobierno de América Latina en el que se desarrollan actitudes muy fuertes contra medios que quieren mantener una línea independiente, que no siguen la línea del Estado, del Gobierno, y con repercusiones negativas para el gobernante", afirmó el dirigente de la SIP.
Aguirre citó directamente "el caso del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y de la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner. Varios son los Gobiernos que hicieron declaraciones muy parecidas con las que hizo Lula ahora", aseguró.
"Infelizmente tuvimos casos de Gobiernos de origen democrático que, en algún momento, comenzaron a actuar de forma autoritaria para controlar los medios, particularmente los que quieren mantener una línea independiente, un criterio independiente", agregó.
Aguirre afirmó que la sociedad que agrupa a los diarios de todo el continente divulgará en breve una declaración oficial sobre su posición en torno a las recientes declaraciones del gobernante brasileño.
"Estamos viendo con mucha preocupación la situación allá (en Brasil). En otros comunicados hemos expresado eso. Tenemos la esperanza de que la persona que sucederá a Lula (en la Presidencia) sea respetuosa de los derechos civiles y humanos y que vea la libertad de expresión como la piedra angular de la democracia", afirmó.
El dirigente agregó que en la SIP siempre surgen preocupaciones cuando un gobernante de la región se declara el dueño de la opinión pública por el hecho de haber sido elegido.
"Obviamente la elección democrática de un gobernante es algo muy importante y significativo. Pero el libre flujo de información y de opinión es un derecho que le pertenece al pueblo y no al Gobierno", afirmó.
El pasado sábado, en un mitin electoral al lado de la candidata oficialista a sucederle, la ex ministra Dilma Rousseff, Lula afirmó que la victoria de su apadrinada será una derrota para los medios que lo critican.
"Vamos a derrotar a algunos periódicos y revistas que se comportan como si fueran partido político y no tienen el valor de decir que son partido político y tienen candidato", dijo en alusión a los medios que vienen denunciando supuestas irregularidades de la ex ministra de la Presidencia Erenice Guerra, una importante asesora de Rousseff y que terminó renunciando al cargo.
En un discurso en un acto oficial ayer, Lula alertó que la libertad de prensa fortalece la democracia, pero que no puede ser usada para divulgar mentiras.
"Libertad de prensa no significa que puedan inventar cosas todos los días", afirmó.
Las declaraciones de Lula ya habían sido duramente criticadas tanto por al Asociación Nacional de Diarios (ANJ) como por la Orden de Abogados de Brasil.
Pese a la polémica, el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) anunció su respaldo a Lula en un acto político "contra el golpismo de los medios" que organiza la Central Única de los Trabajadores (CUT) y que está previsto para el jueves.
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