El ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, descartó de plano que Venezuela incumpla con el pago de su deuda externa y caiga en default.
Según la explicación que diera a José Vicente Rangel en la entrevista transmitida por Televen, "Venezuela en toda su historia ha hecho honor a sus compromisos, y especialmente en estos diez años gracias a la voluntad política del Gobierno dirigido por el presidente Chávez para honrarlos".
Tal vez debido a su juventud o porque su mente estaba en otros quehaceres, Giordani no se acuerda de la crisis de deuda de 1981, durante el Gobierno de Luis Herrera Campins. Ni parece acordarse de la crisis de deuda de principios del siglo XX, cuando se les dio a los británicos el control de las aduanas para asegurar el servicio de la deuda externa de entonces. Y mucho menos se acuerda de las múltiples obligaciones incumplidas de este Gobierno a raíz de las expropiaciones y otros sujetos a tratados internancionales.
Sin embargo, lo importante no es la falta de memoria del Ministro. Lo importante es que en sus argumentos para descartar el default no dio ninguna pista sobre los elementos futuros que garantizarían el pago de la gigantesca deuda externa que ha contraído este Gobierno. Entre ellos, pudiera haber indicado de dónde provendrán los recursos para los pagos, con cuáles superávit se cubrirá, o con cuál flujo de caja. Datos de relevancia sobre todo tomando en cuenta que desde hace más de cinco años tanto el Presupuesto Nacional como la Balanza de Pagos se han sostenido gracias a nuevos endeudamientos.
Otra declaración desarortunada de Giordani fue afirmar en la misma entrevista de Rangel, que la recesión del país quedó atrás, ya que en el segundo trimestre de 2010 la economía se contrajo menos que en el primer trimestre. Lo que Giordani no mencionó fueron los factores dinamizadores de la economía que lo llevaron a hacer este pronóstico optimista. La realidad es que tales factores dinamizadores no se ven por ningún lado: Ni se prevé aumento en el ingreso petrolero, ni del gasto público, ni de la inversión privada ni del consumo, como tampoco de ningún otro factor generador de crecimiento.
Otra declaración de Giordani que luce hueca es que 2010 cerrará con una inflación menor a 30%, lo cual no tiene sustento alguno. Lo peor es que Giordani parece pensar que 30% de inflación es un logro cuando lo cierto es que cualquier cifra por encima de 3% es un desastre para cualquier país. Tampoco parece percatarse que Venezuela es el único país de la región con inflación de dos dígitos.
Todas estas declaraciones de Giordani tienen un tinte electorero, pero lamentablemente revelan un hueco más grande: La falta de una estrategia clara para sacar a Venezuela adelante por parte de los planificadores de la revolución de Chávez.
Según la explicación que diera a José Vicente Rangel en la entrevista transmitida por Televen, "Venezuela en toda su historia ha hecho honor a sus compromisos, y especialmente en estos diez años gracias a la voluntad política del Gobierno dirigido por el presidente Chávez para honrarlos".
Tal vez debido a su juventud o porque su mente estaba en otros quehaceres, Giordani no se acuerda de la crisis de deuda de 1981, durante el Gobierno de Luis Herrera Campins. Ni parece acordarse de la crisis de deuda de principios del siglo XX, cuando se les dio a los británicos el control de las aduanas para asegurar el servicio de la deuda externa de entonces. Y mucho menos se acuerda de las múltiples obligaciones incumplidas de este Gobierno a raíz de las expropiaciones y otros sujetos a tratados internancionales.
Sin embargo, lo importante no es la falta de memoria del Ministro. Lo importante es que en sus argumentos para descartar el default no dio ninguna pista sobre los elementos futuros que garantizarían el pago de la gigantesca deuda externa que ha contraído este Gobierno. Entre ellos, pudiera haber indicado de dónde provendrán los recursos para los pagos, con cuáles superávit se cubrirá, o con cuál flujo de caja. Datos de relevancia sobre todo tomando en cuenta que desde hace más de cinco años tanto el Presupuesto Nacional como la Balanza de Pagos se han sostenido gracias a nuevos endeudamientos.
Otra declaración desarortunada de Giordani fue afirmar en la misma entrevista de Rangel, que la recesión del país quedó atrás, ya que en el segundo trimestre de 2010 la economía se contrajo menos que en el primer trimestre. Lo que Giordani no mencionó fueron los factores dinamizadores de la economía que lo llevaron a hacer este pronóstico optimista. La realidad es que tales factores dinamizadores no se ven por ningún lado: Ni se prevé aumento en el ingreso petrolero, ni del gasto público, ni de la inversión privada ni del consumo, como tampoco de ningún otro factor generador de crecimiento.
Otra declaración de Giordani que luce hueca es que 2010 cerrará con una inflación menor a 30%, lo cual no tiene sustento alguno. Lo peor es que Giordani parece pensar que 30% de inflación es un logro cuando lo cierto es que cualquier cifra por encima de 3% es un desastre para cualquier país. Tampoco parece percatarse que Venezuela es el único país de la región con inflación de dos dígitos.
Todas estas declaraciones de Giordani tienen un tinte electorero, pero lamentablemente revelan un hueco más grande: La falta de una estrategia clara para sacar a Venezuela adelante por parte de los planificadores de la revolución de Chávez.
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