BRASILIA (AFP) - Las campañas para las elecciones presidenciales del domingo en Brasil llegan al momento decisivo con la candidata del oficialismo, Dilma Rousseff, con una ventaja de 14 puntos porcentuales sobre el opositor José Serra, de acuerdo a los últimos sondeos.
Si en el primer turno de las elecciones, el 3 de octubre, Rousseff quedó a apenas tres puntos porcentuales de liquidar la factura, en este segundo turno su ventaja parece, una vez más, prácticamente insalvable a 48 horas de la habilitación de las urnas.
Entre los últimos sondeos, el instituto Ibope atribuyó a Rousseff una ventaja de 14 puntos porcentuales sobre Serra, considerando únicamente los votos válidos (57% a 43%), pero detectó también la existencia de un 4% de personas que aún no decidieron su voto.
En tanto, el instituto DataFolha apuntó este viernes una ventaja de Rousseff de 12 puntos, de 56% contra 44%, dejando en evidencia un escenario muy similar al apuntado por Ibope.
Por su parte, el instituto de sondeos Sensus calculó que la ventaja de Rousseff era de 15 puntos porcentuales (52% a 37%).
"Yo creo que ese escenario electoral está definido, a menos que ocurra una catástrofe política en las próximas 24 horas. Inclusive porque no logro ver en el candidato Serra una capacidad de reacción", dijo a la AFP el politólogo Carlos de Melo del independiente Instituto de Enseñanza e Investigaciones (Insper) de Sao Paulo.
En los días previos al primer turno de las elecciones, Rousseff ya aparecía con una enorme ventaja en los sondeos, pero todos los institutos fallaron en percibir la fuerza del voto religioso, que optó por la ambientalista y evangélica Marina Silva, quien quedó en tercer lugar y forzó el balotaje.
Para Melo, sin embargo, "inclusive lo que en el primer turno se llamó el 'factor Marina' ahora no existe".
Rousseff y Serra protagonizarán en la noche de este viernes el último de los debates de televisión, con la expectativa de reducir el tono de los últimos debates, en particular el del lunes, donde los candidatos se trabaron en duros intercambios de acusaciones de todo calibre.
"Es necesario admitir que esta campaña electoral ha sido un horror, realmente. La gran víctima de estacampaña electoral ha sido la Política, con P mayúscula. Hemos tenido momentos pobrísimos, y los temas más importantes siquiera fueron mencionados", consideró el analista.
En ese sentido, añadió, "un debate lleno de acusaciones termina como si fuese un empate, y un empate favorece al que está adelante en las preferencias".
Inclusive el polémico tema del aborto, que fue apuntado como una de las razones del voto religioso a Silva en el primer turno y que parecía una discusión a superar en la segunda vuelta, volvió fugazmente al orden del día después de que el propio papa Benedicto XVI se refirió al tema.
Para Melo, "los análisis mostraron que el perfil prioritario del elector era el de una mujer pobre. Pero los candidatos no lograron hablarle a ese elector femenino y pobre más allá de una polémica sobre el aborto".
Para el director del instituto Sensus, Ricardo Guedes, la ampliación de la ventaja de Rousseff ocurrió precisamente porque el foco de las discusiones salió de los temas como aborto y religión.
"La discusión emocional y de valores perdió fuerza y volvió al campo racional de los temas económicos y políticos", que favorecen a la candidata de un gobierno que sacó a millones de la pobreza y termina en una expansión económica, explicó.
El domingo casi 136 millones de brasileños están llamados a elegir al sucesor del carismático Luiz Inácio Lula da Silva, entre Rousseff, de 62 años, y Serra, de 68.
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