Las cargas explosivas de los dos paquetes bomba con destino a Estados Unidos interceptados en Dubái y en Gran Bretaña procedentes de Yemen estaban operativas y llevan la marca de Al Qaida, aseguraron el sábado los investigadores.
El presidente estadounidense Barack Obama afirmó el viernes que los paquetes estaban dirigidos a "lugares de culto judíos, en Chicago" (norte), su feudo electoral, donde pernoctará el sábado con motivo de su última gira antes de las legislativas del martes.
La policía de Dubái, en cuyo aeropuerto se encontró uno de los paquetes, asegura haber encontrado una mezcla de pentrita y de plomo, un explosivo muy potente, oculto en una impresora de ordenador y con un dispositivo de detonación.
"El artefacto fue preparado de forma profesional y dotado de un circuito eléctrico conectado a una tarjeta de teléfono móvil escondida en la impresora", según la policía, que ve en ello un método "característico" de grupos como Al Qaida para cometer atentados.
El paquete "habría podido estallar" en el avión si no hubiera sido interceptado a tiempo, declaró este sábado a la AFP el jefe de la policía de Dubái, general Dahi Jalfan.
El otro paquete, hallado en un avión de carga de la compañía estadounidense UPS en el aeropuerto de East Midlands, en el centro de Inglaterra, contenía asimismo "material explosivo", estaba "operativo y hubiera podido estallar", afirmó la ministra del Interior, Theresa May.
"Sabemos que los autores de este acto --que lleva la marca de Al Qaida, de Al Qaida en la Península Arábiga-- hacen todo lo posible para poner a prueba nuestro sistema" de seguridad, afirmó este sábado la secretaria estadounidense de Seguridad Interior, Janet Napolitano.
El hallazgo, el viernes, de los paquetes desató una alerta mundial.
En Yemen, las autoridades interceptaron el sábado otros 26 paquetes sospechosos y detuvieron a varios empleados de compañías de transporte aéreas y de la división de carga del aeropuerto de Saná, según una fuente próxima a la investigación.
Al Qaida en Yemen es un motivo de preocupación desde el atentado frustrado con explosivos contra un avión el día de Navidad de 2009. El autor era un joven nigeriano, Umar Faruk Abdulmutalab, que había escondido pentrita en su ropa interior.
Diez años después del atentado del 12 de octubre de 2000 contra el buque estadounidense "USS Cole" en el puerto yemení de Adén, en el que murieron 17 norteamericanos, Al Qaida, que reivindicó su autoría, sigue prosperando en el país, multiplicando los ataques contra intereses económicos y blancos extranjeros.
El sábado, un portavoz oficial declaró que "Yemen continuaría desplegando sus esfuerzos en el ámbito de la lucha contra el terrorismo en colaboración con la comunidad internacional".
Pero la tarea del presidente Ali Abdalá Saleh es ardua ya que tiene que lidiar con las tribus, cuyo apoyo es esencial para su supervivencia política, y satisfacer a su aliado estadounidense.
"Seguimos reforzando nuestra cooperación con el gobierno yemení a efectos de desarticular nuevos atentados y de destruir la rama de Al Qaida" en la Península Arábiga, dijo por su parte Obama.
La alerta llevó el viernes a las autoridades estadounidenses a registrar dos aviones en los aeropuertos de Filadelfia y de Newark y a hacer escoltar un avión de línea de la compañía Emirates procedente de Dubái y con destino a Nueva York.
Obama agradeció este sábado al primer ministro británico David Cameron la "estrecha colaboración" de su país. Los dos mandatarios conversaron sobre "el complot terrorista que fue frustrado (...) como resultado de una estrecha cooperación entre Estados Unidos y el Reino Unido, así como con otros aliados internacionales", señaló la Casa Blanca.
El viernes la Casa Blanca ya dio las gracias a Arabia Saudita por haber permitido "obtener informaciones sobre la inminencia de una amenaza procedente de Yemen", al que Washington prevé vender aviones y helicópteros militares por un montante de hasta 60.000 millones de dólares.
Los vuelos directos de Yemen hacia Gran Bretaña están suspendidos desde enero de 2010 y los transportistas estadounidenses UPS y Fedex anunciaron que ponían fin a sus servicios desde territorio yemení, mientras Bélgica llamaba a extremar la "vigilancia".
El presidente estadounidense Barack Obama afirmó el viernes que los paquetes estaban dirigidos a "lugares de culto judíos, en Chicago" (norte), su feudo electoral, donde pernoctará el sábado con motivo de su última gira antes de las legislativas del martes.
La policía de Dubái, en cuyo aeropuerto se encontró uno de los paquetes, asegura haber encontrado una mezcla de pentrita y de plomo, un explosivo muy potente, oculto en una impresora de ordenador y con un dispositivo de detonación.
"El artefacto fue preparado de forma profesional y dotado de un circuito eléctrico conectado a una tarjeta de teléfono móvil escondida en la impresora", según la policía, que ve en ello un método "característico" de grupos como Al Qaida para cometer atentados.
El paquete "habría podido estallar" en el avión si no hubiera sido interceptado a tiempo, declaró este sábado a la AFP el jefe de la policía de Dubái, general Dahi Jalfan.
El otro paquete, hallado en un avión de carga de la compañía estadounidense UPS en el aeropuerto de East Midlands, en el centro de Inglaterra, contenía asimismo "material explosivo", estaba "operativo y hubiera podido estallar", afirmó la ministra del Interior, Theresa May.
"Sabemos que los autores de este acto --que lleva la marca de Al Qaida, de Al Qaida en la Península Arábiga-- hacen todo lo posible para poner a prueba nuestro sistema" de seguridad, afirmó este sábado la secretaria estadounidense de Seguridad Interior, Janet Napolitano.
El hallazgo, el viernes, de los paquetes desató una alerta mundial.
En Yemen, las autoridades interceptaron el sábado otros 26 paquetes sospechosos y detuvieron a varios empleados de compañías de transporte aéreas y de la división de carga del aeropuerto de Saná, según una fuente próxima a la investigación.
Al Qaida en Yemen es un motivo de preocupación desde el atentado frustrado con explosivos contra un avión el día de Navidad de 2009. El autor era un joven nigeriano, Umar Faruk Abdulmutalab, que había escondido pentrita en su ropa interior.
Diez años después del atentado del 12 de octubre de 2000 contra el buque estadounidense "USS Cole" en el puerto yemení de Adén, en el que murieron 17 norteamericanos, Al Qaida, que reivindicó su autoría, sigue prosperando en el país, multiplicando los ataques contra intereses económicos y blancos extranjeros.
El sábado, un portavoz oficial declaró que "Yemen continuaría desplegando sus esfuerzos en el ámbito de la lucha contra el terrorismo en colaboración con la comunidad internacional".
Pero la tarea del presidente Ali Abdalá Saleh es ardua ya que tiene que lidiar con las tribus, cuyo apoyo es esencial para su supervivencia política, y satisfacer a su aliado estadounidense.
"Seguimos reforzando nuestra cooperación con el gobierno yemení a efectos de desarticular nuevos atentados y de destruir la rama de Al Qaida" en la Península Arábiga, dijo por su parte Obama.
La alerta llevó el viernes a las autoridades estadounidenses a registrar dos aviones en los aeropuertos de Filadelfia y de Newark y a hacer escoltar un avión de línea de la compañía Emirates procedente de Dubái y con destino a Nueva York.
Obama agradeció este sábado al primer ministro británico David Cameron la "estrecha colaboración" de su país. Los dos mandatarios conversaron sobre "el complot terrorista que fue frustrado (...) como resultado de una estrecha cooperación entre Estados Unidos y el Reino Unido, así como con otros aliados internacionales", señaló la Casa Blanca.
El viernes la Casa Blanca ya dio las gracias a Arabia Saudita por haber permitido "obtener informaciones sobre la inminencia de una amenaza procedente de Yemen", al que Washington prevé vender aviones y helicópteros militares por un montante de hasta 60.000 millones de dólares.
Los vuelos directos de Yemen hacia Gran Bretaña están suspendidos desde enero de 2010 y los transportistas estadounidenses UPS y Fedex anunciaron que ponían fin a sus servicios desde territorio yemení, mientras Bélgica llamaba a extremar la "vigilancia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario