Es que los ignorantes si algo tienen es una audacia ilimitada. Es lo mismo que deben haber pensado los rusos. ¡Venir a recomendarles a ellos que leyeran a Lenin! Ellosdeben haberse quedado atónitos oyendo a Chacumbele pretendiendo darles lecciones sobre Lenin
Por: Simón Boccanegra//TalCualDigital
Uno puede imaginar la cara de estupefacción de los jerarcas rusos cuando Chacumbele les recomendaba leer a Lenin y a Trotsky. Tiene que haber sido la misma de aquel primer ministro chino, de visita en nuestro país, cuando escucho a Chacumbele definirse como "maoísta".
El chino dio un respingo porque él, sobreviviente de la "revolución cultural" y de los peores desmanes del maoísmo, lo último que seguramente esperaba oír de boca de su anfitrión, quien seguramente creía halagarlo con ello, es que él era nada menos que "maoísta". Es que los ignorantes si algo tienen es una audacia ilimitada.
Es lo mismo que deben haber pensado los rusos. ¡Venir a recomendarles a ellos que leyeran a Lenin! Ellos que durante toda su vida no hicieron otra cosa, que se lo saben de memoria y que estaban obligados a salmodiar sus citas en cada discurso, deben haberse quedado atónitos oyendo a Chacumbele pretendiendo darles lecciones sobre Lenin y, para colmo, sobre Trotsky, que para esos ex comunistas rusos que hoy dirigen el imperio ruso fue siempre la bestia negra, el "agente nazi", el "supertraidor" que inventó Stalin y que seguramente continúan pensando lo mismo, porque fue la lección que aprendieron y desde luego, ya, a estas alturas de sus vidas y acciones poco les interesa averiguar la verdad sobre Trotsky...y tampoco sobre Lenin. Eso no es lo de ellos.
Ellos están en una de capitalismo salvaje y ahora viene este pirata suramericano a decirles, a ellos que fueron sus enterradores, ¡que la Unión Soviética no ha desaparecido! Todo lo que hay que calarse, se dirá Putin, para sus adentros, para poder seguir desplumando a este caballero vendiéndole chatarra militar.
Por: Simón Boccanegra//TalCualDigital
Uno puede imaginar la cara de estupefacción de los jerarcas rusos cuando Chacumbele les recomendaba leer a Lenin y a Trotsky. Tiene que haber sido la misma de aquel primer ministro chino, de visita en nuestro país, cuando escucho a Chacumbele definirse como "maoísta".
El chino dio un respingo porque él, sobreviviente de la "revolución cultural" y de los peores desmanes del maoísmo, lo último que seguramente esperaba oír de boca de su anfitrión, quien seguramente creía halagarlo con ello, es que él era nada menos que "maoísta". Es que los ignorantes si algo tienen es una audacia ilimitada.
Es lo mismo que deben haber pensado los rusos. ¡Venir a recomendarles a ellos que leyeran a Lenin! Ellos que durante toda su vida no hicieron otra cosa, que se lo saben de memoria y que estaban obligados a salmodiar sus citas en cada discurso, deben haberse quedado atónitos oyendo a Chacumbele pretendiendo darles lecciones sobre Lenin y, para colmo, sobre Trotsky, que para esos ex comunistas rusos que hoy dirigen el imperio ruso fue siempre la bestia negra, el "agente nazi", el "supertraidor" que inventó Stalin y que seguramente continúan pensando lo mismo, porque fue la lección que aprendieron y desde luego, ya, a estas alturas de sus vidas y acciones poco les interesa averiguar la verdad sobre Trotsky...y tampoco sobre Lenin. Eso no es lo de ellos.
Ellos están en una de capitalismo salvaje y ahora viene este pirata suramericano a decirles, a ellos que fueron sus enterradores, ¡que la Unión Soviética no ha desaparecido! Todo lo que hay que calarse, se dirá Putin, para sus adentros, para poder seguir desplumando a este caballero vendiéndole chatarra militar.
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