Foto cort. de Fuerza Solidaria
ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COMEl ex presidente colombiano Alvaro Uribe dijo el lunes en Miami que el chavismo está perdiendo fuerza en América Latina, resaltando que incluso algunos de los más cercanos aliados del presidente Hugo Chávez están optando por distanciarse de su modelo de gobierno.
En una entrevista con el columnista Andrés Oppenheimer, Uribe señaló que algunos de los aliados de Chávez parecen haber entendido que atentar contra la iniciativa privada es insostenible, pero advirtió que la lección parece no haber sido aún aprendida por Chávez.
Uribe fue muy cuidadoso al pronunciarse sobre la posibilidad de que el presunto narcotraficante Walid Makled sea extraditado a Venezuela -tema que domina actualmente las relaciones bilaterales entre Bogotá y Caracas- señalando que la decisión descansa en manos del presidente Juan Manuel Santos.
“He visto de alguna forma que se ha desvanecido la influencia del chavismo en el continente”, dijo Uribe en el estudio de The Miami Herald. “Tienen relaciones muy cordiales, y hay algunos que se declaran amigos muy cercanos a él, pero no están siguiendo exactamente su fórmula”.
El gobierno ecuatoriano, por ejemplo, inicialmente dio la sensación que se disponía a adoptar un proceso de transformación similar al aplicado en Venezuela, quizás con un mayor grado de credenciales académicas, pero esto no llegó a materializarse del todo, dijo Uribe, quien durante su gobierno sostuvo fuertes enfrentamientos con Chávez..
Una situación similar ocurrió en Nicaragua, cuyo gobierno mantiene un fluido diálogo con los empresarios pese a que el presidente Daniel Ortega conserva un discurso parecido al de Chávez.
“En alguna forma se ve que ese modelo de socialismo, de estatización de medios de producción, de anulación de la libertad de empresa, que […] lo están mirando con distancia, incluso algunos de los más cercanos colaboradores [de Chávez]”, señaló.
Uribe lamentó, no obstante, que la lección no haya sido aún aprendida en Venezuela, advirtiendo que el socialismo del siglo XXI está generando un gran daño a la capacidad de producción del país.
“Los programas sociales en un país como Venezuela, con riqueza petrolera para subsidiar a los sectores populares, eso se vuelve insostenible con ausencia de la inversión privada”, dijo Uribe, quien gobernó a Colombia entre el 2002 y el 2010.
“Me preocupa que el día que vayan a cambiar de modelo, van a encontrar a un país con reservas petroleras, yo no sé con qué nivel de petróleo, sin inversión privada y de recuperar esa confianza inversionista, verla sembrar y recogerle frutos toma mucho tiempo”, comentó.
Incluso atentar a medias contra la propiedad privada es nocivo contra la economía. Esto puede verse en Ecuador, donde los empresarios se mantienen renuentes a invertir aún cuando el modelo chavista no ha sido aplicado en su totalidad.
Uribe dijo que los inversionistas se mantienen alejados del país andino porque el gobierno de Rafael Correa no ha derogado las medidas socialistas que aplicó en un inicio, lo cual ha dejado al sector privado “en una especie de limbo”.
Uribe mostró preocupación por lo que llamó una “ola de desinstitucionalización” de América Latina, señalando que son muchos los países que dicen ser democráticos sólo porque realizan periódicamente elecciones, pero que en realidad se muestran cada vez más autoritarios.
Comentó que, además de las elecciones, las democracias deben ser evaluadas en cuanto a las libertades que otorga a sus ciudadanos, la cohesión social, la participación pluralista de la sociedad, su capacidad de proteger al ciudadano y la independencia de sus instituciones.
“Uno lo que sí ve es que unos países de estos están en una vía regresiva porque suprimen la independencia de instituciones, o restringen la prensa o limitan la participación para que sólo participen los amigos del gobierno, o no asignan importancia alguna a la seguridad y a la lucha contra el crimen”, comentó.
Al hablar sobre la delincuencia, Uribe evitó pronunciarse sobre la esperada decisión de Santos sobre cuál será el destino del presunto narcotraficante Walid Makled, quien enfrenta solicitudes de extradición presentadas simultáneamente por Washington y Caracas.
Santos había prometido extraditar a Makled a Caracas pese a que Washington está interesado en seguir interrogándole sobre los presuntos nexos que tuvo con altos funcionarios del gobierno de Chávez .
Pero Uribe dejó entrever que la promesa de Santos no está escrita en piedra.
“El gobierno de Colombia todavía no ha tomado la decisión”, se limitó a decir enigmáticamente.
Cort. El Nuevo Herald
En una entrevista con el columnista Andrés Oppenheimer, Uribe señaló que algunos de los aliados de Chávez parecen haber entendido que atentar contra la iniciativa privada es insostenible, pero advirtió que la lección parece no haber sido aún aprendida por Chávez.
Uribe fue muy cuidadoso al pronunciarse sobre la posibilidad de que el presunto narcotraficante Walid Makled sea extraditado a Venezuela -tema que domina actualmente las relaciones bilaterales entre Bogotá y Caracas- señalando que la decisión descansa en manos del presidente Juan Manuel Santos.
“He visto de alguna forma que se ha desvanecido la influencia del chavismo en el continente”, dijo Uribe en el estudio de The Miami Herald. “Tienen relaciones muy cordiales, y hay algunos que se declaran amigos muy cercanos a él, pero no están siguiendo exactamente su fórmula”.
El gobierno ecuatoriano, por ejemplo, inicialmente dio la sensación que se disponía a adoptar un proceso de transformación similar al aplicado en Venezuela, quizás con un mayor grado de credenciales académicas, pero esto no llegó a materializarse del todo, dijo Uribe, quien durante su gobierno sostuvo fuertes enfrentamientos con Chávez..
Una situación similar ocurrió en Nicaragua, cuyo gobierno mantiene un fluido diálogo con los empresarios pese a que el presidente Daniel Ortega conserva un discurso parecido al de Chávez.
“En alguna forma se ve que ese modelo de socialismo, de estatización de medios de producción, de anulación de la libertad de empresa, que […] lo están mirando con distancia, incluso algunos de los más cercanos colaboradores [de Chávez]”, señaló.
Uribe lamentó, no obstante, que la lección no haya sido aún aprendida en Venezuela, advirtiendo que el socialismo del siglo XXI está generando un gran daño a la capacidad de producción del país.
“Los programas sociales en un país como Venezuela, con riqueza petrolera para subsidiar a los sectores populares, eso se vuelve insostenible con ausencia de la inversión privada”, dijo Uribe, quien gobernó a Colombia entre el 2002 y el 2010.
“Me preocupa que el día que vayan a cambiar de modelo, van a encontrar a un país con reservas petroleras, yo no sé con qué nivel de petróleo, sin inversión privada y de recuperar esa confianza inversionista, verla sembrar y recogerle frutos toma mucho tiempo”, comentó.
Incluso atentar a medias contra la propiedad privada es nocivo contra la economía. Esto puede verse en Ecuador, donde los empresarios se mantienen renuentes a invertir aún cuando el modelo chavista no ha sido aplicado en su totalidad.
Uribe dijo que los inversionistas se mantienen alejados del país andino porque el gobierno de Rafael Correa no ha derogado las medidas socialistas que aplicó en un inicio, lo cual ha dejado al sector privado “en una especie de limbo”.
Uribe mostró preocupación por lo que llamó una “ola de desinstitucionalización” de América Latina, señalando que son muchos los países que dicen ser democráticos sólo porque realizan periódicamente elecciones, pero que en realidad se muestran cada vez más autoritarios.
Comentó que, además de las elecciones, las democracias deben ser evaluadas en cuanto a las libertades que otorga a sus ciudadanos, la cohesión social, la participación pluralista de la sociedad, su capacidad de proteger al ciudadano y la independencia de sus instituciones.
“Uno lo que sí ve es que unos países de estos están en una vía regresiva porque suprimen la independencia de instituciones, o restringen la prensa o limitan la participación para que sólo participen los amigos del gobierno, o no asignan importancia alguna a la seguridad y a la lucha contra el crimen”, comentó.
Al hablar sobre la delincuencia, Uribe evitó pronunciarse sobre la esperada decisión de Santos sobre cuál será el destino del presunto narcotraficante Walid Makled, quien enfrenta solicitudes de extradición presentadas simultáneamente por Washington y Caracas.
Santos había prometido extraditar a Makled a Caracas pese a que Washington está interesado en seguir interrogándole sobre los presuntos nexos que tuvo con altos funcionarios del gobierno de Chávez .
Pero Uribe dejó entrever que la promesa de Santos no está escrita en piedra.
“El gobierno de Colombia todavía no ha tomado la decisión”, se limitó a decir enigmáticamente.
Cort. El Nuevo Herald
No hay comentarios:
Publicar un comentario