Gobierno entrega otra empresa a Brasil. Refractarios Socialistas del Orinoco (antigua Cerámica Carabobo), había sido estatizada en 2008 e inactiva desde entonces. Tras un convenio con la brasileña Magnesita S.A. se reactivará la antigua Cerámica Carabobo La planta había sido "arrancada" por los propios trabajadores ante la falta de respuestas del gobierno
Por: Damián Prat C./Guayana(TalCualDigital
Luego de seis meses sin hacer acto de presencia en las instalaciones de la empresa, la presidenta de Refractarios Socialistas del Orinoco (antigua Cerámica Carabobo, división refractarios) y vicepresidenta de CVG Haydee Valenzuela, acudió a reunirse con los trabajadores y les informó de la firma de un convenio con la transnacional brasileña Magnesita S.A. por medio del cual se podrá reactivar la producción de esa planta estatizada y paralizada desde hace tres años.
La planta, productora de ladrillos y piezas refractarias así como de cementos especiales para los altos hornos había sido "arrancada" hace un mes por los propios trabajadores "a cuenta y riesgo" y sin autorización de CVG ni el Mibam ante la reiterada falta de respuestas del gobierno.
A los pocos días de ese "arranque a juro", la funcionaria declaró que "era algo planificado", pero la comisión de trabajadores y el sindicato, incluyendo a quienes son políticamente afectos al gobierno, la desmintieron y aseguraron que "no la vemos desde el 24 de enero pasado, ni a ella ni a ninguna otra autoridad".
Un boletín de prensa de CVG indicó que "es importante que los trabajadores sepan la intención y las bondades de este convenio que permite la complementariedad, cooperación, asistencia técnica, así como la formación de recurso humano nacional por parte de esta empresa brasileña y la elaboración de una licencia propia para la producción de Refractarios Socialistas".
CONVENIO DESCONOCIDO
Sin embargo, las autoridades gubernamentales no han ofrecido declaraciones directas a los medios de comunicación para explicar los alcances del convenio con la transnacional. Tampoco los trabajadores han podido ver el contrato y sólo tienen una versión "hablada" de CVG.
"No hemos visto el documento. Se nos ha dicho que es un convenio de suministro de materias primas y de productos terminados que vendrán desde Brasil y que también habrá una licencia tecnológica para poder operar la planta con el compromiso de hacer la transferencia de esa tecnología", nos dijo Leandro González, dirigente del sindicato, quien sin embargo tiene expectativas y esperanzas positivas.
"Tenemos que conocer en qué consiste ese contrato, pero al menos será algo para reactivar la producción y nos dará mas fuerza para luchar por recuperar nuestros beneficios laborales", recalcó.
La planta de Cerámica Carabobo, división refractarios, en Puerto Ordaz, producía buena parte de las necesidades de ladrillos refractarios para los hornos de Sidor, junto con los cementos refractarios especiales, antes de ser estatizada por Chávez en mayo de 2008, tras lo cual cerró y no operó mas.
Otra planta, propiedad de la transnacional francesa Calderys, produce las piezas monolíticas refractarias y todas las especialidades en cementos refractarios para los cucharones y otras partes de los hornos de las plantas como Sidor, Sizuca (Zulia), Sidetur-Sivensa y muchas más en Guayana y otras zonas del país.
Trabajadores y técnicos de la industria advierten que según el convenio, Magnesita S.A., un gigante transnacional de capital totalmente privado y cerrado, que no cotiza en la Bolsa, con capacidad de producir un millón y medio de toneladas/año, tendrá un cuasi monopolio en Guayana para traer al país tanto las materias primas para fabricar ladrillos y cementos en Refractarios Socialistas del Orinoco, como para ser el proveedor de Sidor con productos terminados hasta por 100 mil toneladas anuales.
A LO CHAAZ
Eso constituye una virtual privatización, "al estilo Chaaz", aunque nadie cree que los brasileños vengan a operar la planta de Guayana ni a arriesgar capitales y trabajo.
"No tendrán la propiedad pero si los beneficios más amplios y cómodos, mientras el estado cargará con todos los costos", dijeron. Aunque varios de los técnicos consultados aseguran que el gobierno negoció desde 2009 y pagaba por una licencia tecnológica con una transnacional estadounidense, lo cierto es que durante estos tres años de inexplicable cierre, tanto Sidor como el resto de las empresas debieron importar de China y Brasil cientos de miles de toneladas de refractarios.
Más de 70 trabajadores renunciaron y 130 que se sostuvieron luchando, estuvieron recibiendo "una ayuda" de un salario mínimo sin otro beneficio por año y medio.
"Nunca supimos para que el gobierno estatizó esta empresa si luego la tuvo cerrada tres años, con un `negocio’ de importación para terminar haciendo ahora este otro `negoción’ para una transnacional, y todo en nombre del socialismo y el nacionalismo", remató un trabajador que pidió no ser identificado para evitar represalias.
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