El hampa va a clase

Ya son incontables la veces en que alumnos de la Universidad Santa María han sido víctimas de delincuentes que ingresan a los salones de clases y los someten, a punta de armas, llevándose todas sus pertenencias, tal y como sucedió el pasado miércoles en la noche, lo que obliga a preguntarse si el hampa está hoy más desbordada que nunca o si la USM no dispone de un seervicio de vigilancia eficaz que al menos logre detectar ese tipo de irregularidades

Jennifer Salas/TalCualDigital

Fue un "golpe maestro" como otros tantos que ha dado el hampa en la Universidad Santa María. Veinte alumnos de la escuela de Comunicación Social se disponían el miércoles, en la noche, a recibir una clase, en el módulo 6, de periodismo radial, cuando tres sujetos –solo uno estaba armado– irrumpieron en el salón de Radio y Comunicaciones y, a punta de pistola y amenazas, despojaron a los estudiantes de de sus carteras, teléfonos celulares, llaves de los vehículos y dinero en efectivo.

No es la primera vez que ocurre tal irregularidad en la USM, cuyo edificio conlinda con unos terrenos baldíos y cuya cercanía con un barrio, que los mismos habitanttes admitan, existen bandas armadas, facilita este tipo de accionesLo cierto es que se ha vuelto una "práctica común" este tipo de asaltos, tras los cuales las víctimas no se molestan en formular las denuncias, entre otras razones por el hecho de que los funcionarios de la subdelegación del Cicpc de El Llanito no son muy solícitos para atender al público.

En este caso, solo una persona denunció el robo y ayer jueves una comisión del cuerpo detectivesco al parecer emprendió algunas averiguaciones, donde al parecer no se descarta la complicidad interna.

En reiteradas ocasiones, los alumnos de la Santa María han denunciado esta ola de atracos e incluso de agresiones físicas con intentos de violación, aprovechando el hecho de que la vigilancia en la universidad es muy deficiente, a pesar de las altísimas cuotas que la USM cobra por matrícula.

De esta situación tienen conocimientos las autoridades del Dibise, a quienes una delegación de estudiantes el año pasado hizo llegar una petición de patrullaje, y las mismas autoridades de la Universidad que casi nunca responden de manera institucional a estas irregularidades que ocurren en sus predios.