Luego de 5 años de tratar de instaurar la mentira, nadie se comió el cuento de que lo sucedido a RCTV un 27 de mayo a la medianoche fue una simple "no renovación de la concesión". Todo el país sabe y habla del "cierre" del canal. Han hecho lo impensable para tratar de imponer la verdad oficial, pero la realidad habla más fuerte y más permanente.
Ayer la gente recordó cómo un 28 de mayo amaneció con una pantalla usurpada, con unos contenidos cubanizados y con una propuesta poco menos que insuficiente. Ayer el propio Rizarra dijo que el canal 2 "se fue para purificar las pantalla y el espacio radioeléctrico de tanto veneno que se le inyectaba a la sociedad".
Es decir, que fue una razzia televisiva, y no un trámite administrativo. Lo cierto es que ese medio no solo le daba sustento a miles de familias sino que obligaba a la sana competencia con Venevisión para, en teoría, mejorar las producciones.
hora eso se acabó, y se impuso el miedo, la complacencia y el pasar agachao para evitar que caiga la espada de Damocles que el Minci blandió en 2007. Incluso el problema no es tanto que haya miedo, que tanto se critica y con razón. Lo fundamental del asunto es la causa de ese miedo: un garrote en manos de un salvaje dispuesto a usarlo. Eso es lo que hay que detener.
TalCualDigital
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