Con el acelerador lineal se hacen sesiones de radioterapia a 70 pacientes diariamente
(O.Díaz)
BEATRIZ CRUZ SALAZAR | EL UNIVERSAL
Una sola sesión de radioterapia separa a Germán Yanes de la culminación de su tratamiento para combatir un cáncer de próstata. El miércoles acudió al Hospital Universitario, donde ha recibido todo el tratamiento, y la respuesta que obtuvo fue: tiene que esperar.
Hace un mes que el acelerador lineal, equipo para tratamiento de radioterapia, viene presentando fallas, pero a inicios de esta semana, dejó de prestar servicio por completo. Al menos 70 pacientes diarios son atendidos con este equipo, a pesar de que la capacidad máxima del acelerador lineal debería ser de 35 personas.
La falla alertó a los pacientes, quienes temen que ante la ausencia del equipo sus tratamientos se vean comprometidos. Siguen acudiendo a diario al servicio, ubicado en el sótano del Hospital Universitario. Allí esperan tener una respuesta sobre la reparación del dispositivo.
"Necesitamos que nos digan qué va a pasar con los que estamos en pleno tratamiento. A mi me han interrumpido el tratamiento en otras ocasiones, incluso hasta por un mes, no quiero volver a pasar por eso", comentó angustiado José Rojas.
A la presión de no poder recibir la radioterapia a tiempo, se le suma también la angustia de tener que prolongar la estadía obligada en Caracas. Carmen Jiménez es una de ellas. Viene de Valencia y paga 1.500 bolívares mensuales por estadía. "Llevo 16 sesiones, en total son 28", cuenta.
La información que manejan los pacientes y médicos del servicio es que se requieren varios repuestos para reparar el acelerador lineal. Advierten que desde hace dos años el contrato de mantenimiento del equipo está vencido. A pesar de eso, la empresa Meditron realiza las refacciones ad honorem.
Ante las fallas constantes y las irregularidades presentadas con el funcionamiento del acelerador lineal, los pacientes enviaron una carta hace 15 días a la jefa del servicio. "Esta semana fuimos a hablar con el director del hospital, José Vladimir España, y nos dijo que esa no era su competencia, que fuéramos al Ministerio de Salud, a pesar de que él es viceministro", reclamó otra de las pacientes, quien prefirió permanecer en el anonimato.
María Consuelo Figueroa, adjunta del servicio de radioterapia, explicó que cuentan con una unidad de cobalto en la que pueden tratar parte de los pacientes para evitar que se suspenda el tratamiento.
"Dependiendo del tipo de tumor trataremos a algunos de los pacientes con la unidad de cobalto. El resto de las personas las vamos a distribuir entre los hospitales Luis Razetti, JM de Los Ríos y Padre Machado", detalla Figueroa, quien apunta que no es la primera vez que tienen que recurrir a la ayuda de otros hospitales.
La especialista asegura que las personas no tendrán que iniciar nuevamente su tratamiento, idea que preocupa a muchas de las personas atendidas en el servicio. Agrega que los especialistas y residentes se trasladarán a los hospitales seleccionados para seguir atendiendo a sus pacientes.
Figueroa recuerda que al no recibir la dosis diaria, los tumores no responden de la manera esperada y señala que cuando se interrumpe el tratamiento se deben ajustar las sesiones. En ocasiones se reciben pacientes los sábados y domingos, para paliar los efectos de la espera.
Se desconoce cuánto tiempo tomará la compra de los repuestos necesarios. En ocasiones anteriores han tardado hasta un mes para poner nuevamente en funcionamiento el equipo.
"No es posible que un hospital de este tipo, con tantos pacientes, tenga solo un acelerador lineal, deberían poner otro, para que la gente no sufra tanto", dijo Domingo Azócar, quien viajó desde Calabozo a recibir atención médica.
Una sola sesión de radioterapia separa a Germán Yanes de la culminación de su tratamiento para combatir un cáncer de próstata. El miércoles acudió al Hospital Universitario, donde ha recibido todo el tratamiento, y la respuesta que obtuvo fue: tiene que esperar.
Hace un mes que el acelerador lineal, equipo para tratamiento de radioterapia, viene presentando fallas, pero a inicios de esta semana, dejó de prestar servicio por completo. Al menos 70 pacientes diarios son atendidos con este equipo, a pesar de que la capacidad máxima del acelerador lineal debería ser de 35 personas.
La falla alertó a los pacientes, quienes temen que ante la ausencia del equipo sus tratamientos se vean comprometidos. Siguen acudiendo a diario al servicio, ubicado en el sótano del Hospital Universitario. Allí esperan tener una respuesta sobre la reparación del dispositivo.
"Necesitamos que nos digan qué va a pasar con los que estamos en pleno tratamiento. A mi me han interrumpido el tratamiento en otras ocasiones, incluso hasta por un mes, no quiero volver a pasar por eso", comentó angustiado José Rojas.
A la presión de no poder recibir la radioterapia a tiempo, se le suma también la angustia de tener que prolongar la estadía obligada en Caracas. Carmen Jiménez es una de ellas. Viene de Valencia y paga 1.500 bolívares mensuales por estadía. "Llevo 16 sesiones, en total son 28", cuenta.
La información que manejan los pacientes y médicos del servicio es que se requieren varios repuestos para reparar el acelerador lineal. Advierten que desde hace dos años el contrato de mantenimiento del equipo está vencido. A pesar de eso, la empresa Meditron realiza las refacciones ad honorem.
Ante las fallas constantes y las irregularidades presentadas con el funcionamiento del acelerador lineal, los pacientes enviaron una carta hace 15 días a la jefa del servicio. "Esta semana fuimos a hablar con el director del hospital, José Vladimir España, y nos dijo que esa no era su competencia, que fuéramos al Ministerio de Salud, a pesar de que él es viceministro", reclamó otra de las pacientes, quien prefirió permanecer en el anonimato.
María Consuelo Figueroa, adjunta del servicio de radioterapia, explicó que cuentan con una unidad de cobalto en la que pueden tratar parte de los pacientes para evitar que se suspenda el tratamiento.
"Dependiendo del tipo de tumor trataremos a algunos de los pacientes con la unidad de cobalto. El resto de las personas las vamos a distribuir entre los hospitales Luis Razetti, JM de Los Ríos y Padre Machado", detalla Figueroa, quien apunta que no es la primera vez que tienen que recurrir a la ayuda de otros hospitales.
La especialista asegura que las personas no tendrán que iniciar nuevamente su tratamiento, idea que preocupa a muchas de las personas atendidas en el servicio. Agrega que los especialistas y residentes se trasladarán a los hospitales seleccionados para seguir atendiendo a sus pacientes.
Figueroa recuerda que al no recibir la dosis diaria, los tumores no responden de la manera esperada y señala que cuando se interrumpe el tratamiento se deben ajustar las sesiones. En ocasiones se reciben pacientes los sábados y domingos, para paliar los efectos de la espera.
Se desconoce cuánto tiempo tomará la compra de los repuestos necesarios. En ocasiones anteriores han tardado hasta un mes para poner nuevamente en funcionamiento el equipo.
"No es posible que un hospital de este tipo, con tantos pacientes, tenga solo un acelerador lineal, deberían poner otro, para que la gente no sufra tanto", dijo Domingo Azócar, quien viajó desde Calabozo a recibir atención médica.
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