MELISSA SANCHEZ Y MICHAEL MCGUIRE/MSANCHEZ@ELNUEVOHERALD.COM El hombre que perdió su rostro el sábado víctima del espeluznante ataque de un caníbal tenía una cara familiar para la gente que trabaja y duerme junto al puente del viaducto MacArthur. Ronald Poppo, de 65 años, vivía con otros desamparados debajo del puente y solía escuchar música en un radio portátil en la acera junto a la transitada vía. Allí bebía alcohol frecuentemente aunque no molestaba a los peatones.
Desde hacía décadas era un desamparado. Según fuentes policiales, Poppo no conocía a su agresor, Rudy Eugene, quien cruzaba el puente a pie horas después de que su Chevy Caprice del 1995 con banderas haitianas fue remolcado en South Beach. El sábado por la madrugada, Eugene, de 31 años, había peleado con su novia en el apartamento que compartían en Miami Gardens. Parecía enloquecido cuando abandonó la vivienda para ir a Miami Beach, donde tradicionalmente se celebran tres días de fiesta en el fin de semana de Memorial Day. Todavía no se ha precisado si Eugene estaba drogado cuando comenzó a desnudarse mientras caminaba por el puente. Varios choferes informaron que habían visto a un hombre lanzar su ropa hacia la vía. Al otro extremo del puente, Eugene se encontró con Poppo, quien estaba en su lugar de siempre, junto al edificio de The Miami Herald. Faltaban cuatro minutos para las 2 p.m., según el video de una cámara de seguridad que captó parte del grotesco ataque. Unas palmeras bloquean parte de la escena. Eugene se arrodilló sobre la cabeza de Poppo. Le golpeó con los puños y le quitó los pantalones. Después comenzó a devorarle el rostro. Por casi 18 minutos, Eugene desencadenó su furia mientras decenas de vehículos salían del MacArthur hacia la calle 13 del noreste. Ningún chofer se detuvo, quizás porque la pared que separa la acera y las sendas del puente mide dos pies y medio y bloqueaba la escena. Al menos cuatro ciclistas pasaron junto a los hombres.
Finalmente, alguien llamó a la policía. A las 2:13 p.m., el agente José Rivera llegó al lugar y le ordenó a gritos a Eugene que detuviera la carnicería. Eugene continuó devorando el rostro de Poppo y Rivera le hizo al menos cinco disparos. Eugene cayó muerto sobre la acera, junto a su agonizante víctima. Varios veteranos del Departamento de Policía de Miami comentaron que jamás habían visto un caso tan horripilante, aunque la Ciudad Mágica ha tenido una gran dosis de insólitos delitos. En marzo de 1985, por ejemplo, un hombre caminaba desnudo por un barrio del suroeste de la ciudad con la cabeza de su novia en la mano. Cuando llegó un policía, el hombre le lanzó la cabeza. Aterrorizado, el joven agente le lanzó la cabeza de vuelta al homicida. El martes por la tarde, Poppo permanecía en condición crítica en el Hospital Jackson Memorial. No puede hablar ni contar lo ocurrido, según fuentes policiales. Cristian Alvarez, un guardia de seguridad de The Miami Herald que llegó al lugar cuando escuchó los disparos, relató que la cara de Poppo “estaba desbaratada”. “Luego la víctima se sentó”, recordó. “Empezó a echar sangre por todos lados. El oficial le dijo que se acostara, que se acostara”. Alvarez tomó fotos de la escena con la cámara de su celular desde el techo del estacionamiento de The Miami Herald. No fue el único que hizo fotos. Después de que llegaran más policías, los bomberos y una ambulancia, alguien que estaba en la acera con el equipo de rescate tomó otras fotos que terminaron circulando por la internet. Una foto muestra los dos cuerpos boca abajo en la acera, mientras que dos policías con guantes azules permanecen a un lado. En la segunda foto aparece un hombre barbudo sobre una camilla conectado a equipos de emergencia. Le falta un ojo, la nariz y casi toda la piel del rostro, mientras el otro ojo cuelga sobre una sanguinolenta masa. Se ignora quién hizo la foto y si fue retocada. Edwin O’Dell, vocero de Jackson, declaró que no han publicado ninguna foto de la víctima. “Nosotros tomamos muy en serio la privacidad de nuestros pacientes”, indicó O’Dell. “No circulamos estas fotos y tampoco podemos verificar si son auténticas”. El teniente Ignatius Carroll, del Departamento de Bomberos de Miami, afirmó que sabía de las fotos pero que también desconoce quién las había tomado. “Estamos investigando su origen, dónde se tomaron y quién las tomó”, explicó. “Nosotros estamos investigando al igual que la policía”. El detective William Moreno, vocero de la policía, no podía revelar mayores detalles sobre el ataque. Sin embargo, las autoridades insinuaron el martes que Eugene estaba bajo la influencia de alucinógenos. Durante una conferencia de prensa en el Centro de Traumatología del Jackson, la siquiatra Patricia Junquera explicó que drogas como Ecstacy, cocaína y las llamadas “sales de baño” pueden causar reacciones esquizofrénicas, especialmente si quien las toma padece de una enfermedad mental. “A veces causan una impulsividad severa”, señaló Junquera, quien también trabaja para la Universidad de Miami. “Se pierde el control”. Larry Cameron, director de la Oficina del Médico Forense de Miami-Dade, explicó las leyes estatales le impiden ofrecer detalles sobre la autopsia de Eugene ya que el caso está bajo investigación. Sin embargo, comentó que los reportes de autopsias generalmente tardan unos 10 o 12 días. Los exámenes de toxicología pueden tardar semanas. Eugene era hijo de inmigrantes haitianos y había crecido en North Miami Beach. Tras graduarse en la segundaria de esa ciudad en el 2000 trabajó lavando autos. Se casó en el 2005 con Jenny Ductant en Hollywood, pero se divorciaron dos años después. Ductant rehusó hablar con The Miami Herald el martes pero declaró a otros medios que Eugene a veces era violento. No se sabe desde cuándo Eugene estaba relacionado con su novia en Miami Gardens, quien no ha sido identificada. Fuentes dijeron que ella quería separarse de Eugene porque le era infiel. Viejos amigos de Eugene no podían creer lo sucedido. “El Rudy que nosotros conocíamos era un caballero con una dulce sonrisa”, aseguró Victoria Forte, una ex compañera de la Secundaria North Miami Beach. “No era un monstruo, un zombie caníbal”. Sin embargo, Eugene había sido arrestado siete veces en los últimos cinco años, según récords de la Oficina del Secretario de los Tribunales de Miami-Dade. La mayoría de los casos estaban relacionados con uso y venta de marihuana. También había sido detenido en un caso menor de asalto. En el 2004, la Policía de North Miami Beach utilizó un taser para detenerlo durante una pelea doméstica. Todavía menos se sabe sobre Poppo, quien parece haber nacido en Nueva York y estar desamparado en Miami desde los años 70. Por algunos años, en la década de 1980, vivió en un apartamento en Nueva Orleans, de acuerdo con récords. Poppo ha tenido decenas de encuentros con la policía en Miami-Dade a lo largo de los años. En 1976, fue víctima de un tiroteo en el Parque Bayfront, según un informe archivado con el Condado por parte del Hospital Jackson Memorial. Según ese documento, fue hospitalizado tras recibir un disparo de un desconocido. En esa época dijo que vivía en un albergue del Ejército de Salvación en Miami. Su largo historial incluye varias sanciones por beber alcohol en público, alteraciones del orden y resistencia al arresto, según la Oficina del Secretario de los Tribunales. En 1995, fue convicto de portar un arma de fuego sin permiso y resistir un arresto de manera violenta. Su último arresto, por entrar en una propiedad privada sin permiso, fue desestimado en el 2005. Empleados de The Miami Herald y guardias de seguridad de U.S. Security Associates, que patrulla la propiedad del periódico, señalaron que Poppo era una presencia familiar en la zona. “No molesta a nadie”, comentó el guardia Roosevelt Johnson. “La gente pasa por donde él se sienta y no les hace nada. No tira piedras. Lo peor que hace, cuando toma, es que grita. Nada más”.
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