El candidato opositor se reunió con el Episcopado venezolano. Narcotráfico, violencia y desarrollo de la campaña electoral fueron algunos temas que discutieron. A diferencia del presidente Chávez, Henrique Capriles prefirió reunirse él mismo con la Iglesia
MARISELA CASTILLO APITZ/TalCualDigital
No mandó emisarios, fue él mismo. Henrique Capriles, candidato presidencial de la Unidad, se reunió con la Conferencia Episcopal Venezolana con el objetivo de conversar acerca de la campaña electoral y los principales problemas del país. Se trató de una reunión donde participaron no más de 50 religiosos, incluido el cardenal Jorge Urosa Savino.
En medio de un salón modesto, en donde figuraron algunas personalidades tanto políticas como clericales, los sacerdotes escucharon lo que Capriles fue a decir. Con un crucifijo a sus espaldas y con el Cardenal Urosa a su lado, el candidato presidencial aprovechó el encuentro para referirse a los obstáculos que, en los últimos años, "ha tenido que superar la educación católica en Venezuela"; además se dirigió a los sacerdotes presentes para decirle que "son muchas las cosas que Gobierno e Iglesia pueden hacer unidos".
La reunión no duró más de una hora y contó con la presencia de los diputados Julio Borges y Juan Carlos Caldera. Al finalizar, Capriles ofreció una corta rueda de prensa porque los representantes de la Iglesia no permitieron preguntas de los periodistas. Según su vocero: "estamos apurados, tenemos que seguir trabajando". Hermetismo y prudencia fue lo que sobró por parte de los religiosos.
Una de las principales diferencias entre el encuentro del candidato de la Unidad con el del oficialismo, es que el presidente Chávez brilló por su ausencia y nunca se presentó en el Episcopado. "Será porque a nadie se le olvida que una vez nos acusó de tener al diablo por dentro de la sotana", aseguró un sacerdote que prefirió no identificarse. A su juicio, "tal vez por eso mandó a (Elías) Jaua y Tareck El Aissami".
LA REUNIÓN
Narcotráfico, inseguridad, violencia en las fronteras y desarrollo de la campaña electoral fueron algunos temas que se trataron. "Hoy les he dicho a nuestros obispos cuál ha sido siempre mi compromiso de tener un lenguaje y una campaña electoral de altura. Los venezolanos saben que no ando recorriendo las calles de Venezuela insultando a alguien. No es mi estilo y no creo en los insultos".
Capriles también se refirió al encuentro que tuvo el oficialismo con la Iglesia y deseó que "ojalá (...) sea real y no porque hay un proceso electoral. Aquí se trata de trabajar desde el primer día con respeto y sin descalificaciones. Que la Iglesia, que es la casa de Dios y la casa de todos, permita enviar un mensaje a quienes están en el Gobierno para que la campaña la podamos desarrollar sin ningún tipo de inconvenientes". Ese fue su llamado: respeto a las normas electorales.
Por esta razón recordó que su propuesta al presidente Chávez se mantiene: firmar un acuerdo de respeto a las reglas que impuso el Poder Electoral.
"Cuando planteo que (...) no se utilicen los recursos públicos, que no se saboteen actividades que estemos realizando (...) y que no destruyan nuestra propaganda, estamos proponiendo un acuerdo que está en el marco de la Constitución. Las palabras se la lleva el viento y creemos que los acuerdos por escrito siempre generan mayor confianza. Esta no es una campaña equilibrada", agregó.
Capriles se despidió del Episcopado deseando que "Dios mediante" el próximo año los vuelva a visitar como el Presidente de todos los venezolanos "para que pueda iniciarse una etapa de relación distinta entre el nuevo Gobierno y la Iglesia".
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