Los miles de millones de dólares que se han transferido a otros gobiernos, en desmedro de los servicios que requerimos los venezolanos, es una muestra clara de que somos más dependientes de los intereses de otros
MARINO J. GONZÁLEZ R./TalCualDigital
Después de 14 años de mal gobierno, el Presidente nos viene con un nuevo cuento. El cuento de la "independencia". Nos dice en su propuesta de plan de gobierno que en un eventual gobierno suyo para el período 2013-2019, se defendería y consolidaría el "bien más preciado": la independencia nacional. Y acto seguido nos explica la manera de entender esa independencia: la continuidad y consolidación de la "revolución bolivariana en el poder".
Ya bastante descarado es confundir la independencia del país con el destino de un gobierno, aunque ya no debe haber espacios para la sorpresa. Los actuales gobernantes utilizan el poder para segregar a los venezolanos. Para tildar a sus adversarios políticos de manera sectaria y excluyente. Nada nuevo con eso.
Lo que es bastante llamativo es que se quiera transmitir una supuesta independencia justamente en una época del país en la cual brilla por su ausencia. No puede ser independiente un país cuando todos los venezolanos sienten que están inseguros, que en cualquier circunstancia pueden ser víctimas de la violencia, que aquellos encargados de velar por su protección no cumplen con sus deberes.
Y como consecuencia de ello, Venezuela es hoy uno de los más inseguros del mundo. La tasa de homicidios se ha triplicado desde que comenzó este gobierno. Más de 150.000 venezolanos han muerto por esa causa. Decir que tal situación es muestra de independencia es una afrenta a cada una de las familias enlutadas por la violencia.
No puede ser independiente un país cuando 200.000 niños en séptimo grado deben abandonar el sistema educativo. No tienen forma de continuar por la triste circunstancia de que no pueden contar con profesores y salones de clases. Para continuar estudiando deberían abandonar sus hogares. Eso significa por supuesto que ya no podrán alcanzar la independencia que se produce al contar con más años de educación.
Cada niño que abandona la escuela es justamente lo contrario, es el alejamiento de las posibilidades de un futuro de oportunidades. Tampoco puede ser independiente un país cuando el 95% de las exportaciones derivan de materias primas, en este caso, barriles de petróleo. La desaparición de empresas manufactureras, de todos los tipos de producción con incorporación de tecnologías, nos hace más dependientes, no menos. Con menos capacidad para agregar valor en la economía mundial.
Y para remate, ahora somos más dependientes para utilizar los recursos. Los miles de millones de dólares que se han transferido a otros gobiernos, en desmedro de los servicios que requerimos los venezolanos, es una muestra clara de que somos más dependientes de los intereses de otros. Que el actual gobierno, después de todo esto, hable de independencia es una muestra de su desconexión con el país de verdad. Es una evidencia de que su tiempo pasó.
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