ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria, acusó el lunes al presidente Hugo Chávez de deslegitimar a la Fuerza Armada Nacional al decir que es chavista, señalando que si la lealtad del cuerpo armado es con la revolución, entonces carece de la imparcialidad necesaria para custodiar las elecciones de octubre.
“Cuando Chávez dijo que las fuerzas armadas son socialistas, y que cada vez lo son más, eso fue una admisión de que no pueden cooperar en el proceso electoral”, comentó Arria en una entrevista telefónica.
Chávez formuló el comentario durante el fin de semana en un evento en el que le cuestionó la decisión del candidato de la oposición, Henrique Capriles, de dirigirse directamente en un video a las Fuerza Armada Nacional.
Capriles “irrespeta de tal manera a la Fuerza Armada Nacional, Bolivariana, aunque les duela, Bolivariana, Revolucionaria, Socialista y Chavista […] Así es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de hoy, y cada día lo será mucho más”, dijo el mandatario el sábado durante un acto militar.
Arria, uno de los más arduos críticos del líder de la revolución bolivariana, manifestó su convencimiento de que la declaración del mandatario no refleja la realidad dentro de la Fuerza Armada Nacional, cuyos integrantes --dijo estar seguro-- son institucionales en su gran mayoría.
No obstante, el ex embajador admitió no poder decir lo mismo de su máxima dirigencia, integrada por oficiales que han sido denunciados por Estados Unidos de estar involucrados en operaciones del narcotráfico y tener vínculos con organizaciones terroristas.
Estos oficiales, advirtió Arria, harán todo lo que estará en su poder para garantizar la continuidad del régimen.
“Aquí hay una cúpula militar, por un lado, y por el otro hay una Fuerza Armada. La cúpula militar tiene a jefes militares involucrados con algunas de las peores causas de la humanidad”, comentó Arria.
“Son personajes indiciados por estos delitos y que por su puesto saben que un final de un régimen como este tendrían consecuencias para ellos de carácter penal, nacional e internacional. Y harán todo lo imposible porque no se produzca un cambio de un régimen”, sostuvo el embajador.
Entre estos se encuentra el actual Ministro de Defensa, Henry Rangel Silva, quien declaró, cuando se desempeñaba como jefe del Comando Unificado, que era una fantasía de la oposición pensar que podría llegar a gobernar a Venezuela, porque la Fuerza Armada es chavista, relató Arria.
A los pocos días de haber brindado esa declaración, Rangel Silva fue ascendido por Chávez.
Y este es el grupo el cual ha sido encargado con la tarea de cuidar las elecciones, dijo Arria, quien previamente este año compitió contra Capriles en las primarias presidenciales de la oposición
Por otro lado, el ex embajador expresó preocupación por las disposiciones incluidas dentro de la última ley de la Fuerza Armada Nacional que le otorgó a Chávez el rango de militar activo.
Esa disposición significa que Chávez es el oficial de más alto rango de Venezuela y que puede impartir órdenes directamente dentro del cuerpo que está encargado por velar que se respeten los votos. Es una situación que genera un obvia y peligrosa situación de conflicto de intereses.
“El Consejo Nacional Electoral (CNE), que en realidad no es un arbitró electoral porque está dominado por cuatro de cinco rectores que son chavistas, tiene un aliado en una fuerza militar chavista, cuyo Comandante en Jefe es uno de los candidatos”, dijo el ex embajador.
Arria dijo creer que este escenario podría crear una situación de alto riesgo en el día de las elecciones, incluso cuando los elementos institucionales de la Fuerza Armada Nacional decidan actuar para hacer respetar la voluntad de la población de producirse una victoria de Capriles en los comicios.
Añadió que sería una acción difícil de ejecutar ante el poder concentrado en manos de Chávez y de sus jerarcas.
Para luchar contra este escenario, la oposición debe comenzar a actuar desde ya, comentó el ex embajador.
“El gran reto de la oposición reside en organizar suficientes elementos de disuasión, lo suficientemente fuertes y creíbles que hagan inviables o imposible que una decisión irresponsable por parte de Chávez y estos jerarcas ante una derrota pueda ejecutarse”, sostuvo.
El Nuevo Herald
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