JUAN O. TAMAYO/JTAMAYO@ELNUEVOHERALD.COM
Las cifras sobre el brote de cólera en Cuba siguieron creciendo durante el fin de semana, con funcionarios del gobierno informando de 12 nuevos casos confirmados, llevando el total a 170, y ocho nuevos casos sospechosos en la provincia suroriental de Granma.
El Ministerio de Salud Pública de Cuba, en un comunicado publicado en los medios de comunicación oficiales en la mañana del sábado, declaró que el brote se encuentra “disminuyendo”, con 158 casos y tres muertes confirmadas.
Pero las cifras proporcionadas por la epidemióloga principal de la provincia Granma, Ana María Batista, durante sus apariciones el viernes, el sábado y el domingo por la noche en la televisión provincial, mostraron aumentos en todas las categorías.
“Las cifras hablan de que está aumentando”, dijo Santiago Márquez, un médico de la ciudad de Manzanillo, Granma, que ha visto los informes de Batista todas las noches por más de una semana, y dio los detalles a los periodistas independientes de Cuba y a El Nuevo Herald.
Batista informó de 158 casos confirmados de cólera en la provincia el viernes, 163 el sábado —aunque su distribución pueblo por pueblo los hizo ascender a 164— y seis nuevos casos el domingo, para un total de 170, dijo Márquez.
Batista señaló el domingo que se había informado de ocho nuevos casos sospechosos de cólera, y que 27 personas fueron hospitalizadas solamente el sábado con diarrea y vómitos, los síntomas principales de la enfermedad, de acuerdo con la médico.
Los casos generales de diarrea y vómitos, que aumentan cada verano con las lluvias y el calor, se elevaron de 5,680 en su informe del sábado, a 6,002 en su aparición del domingo, informó Márquez. Alrededor del 97 por ciento de ellos ya se han recuperado, agregó ella.
El número de los municipios de Granma donde el cólera se ha reportado tambien subió de siete a nueve, señaló Batista. La provincia tiene 13 municipios.
Apareciendo con Batista en la televisión provincial el domingo, el director adjunto provincial de Transporte, José Mendoza González, volvió a aconsejar a los residentes que pospongan los viajes innecesarios a fin de evitar la propagación de la enfermedad.
Las autoridades cubanas han asegurado desde principios de este mes, que el brote de cólera estaba bajo control y algunos han dicho que el aumento del número de casos confirmados se debía a que los laboratorios necesitan una semana o más para confirmar el diagnóstico de cólera.
Disidentes y periodistas independientes han afirmado que la cifra de muertos de cólera asciende a entre cinco y 15, pero que el gobierno ha confirmado sólo tres para evitar asustar a los turistas, una de las principales fuentes de moneda fuerte en el país. También han reportado casos de cólera en La Habana, Santiago de Cuba y otras partes de la isla.
El anuncio del Ministerio de Salud publicado el sábado confirmó que algunos casos habían sido reportados fuera de Granma, pero señaló que todos eran de personas que habían estado en la provincia. No estaba claro si los 158 casos reportados se refieren a toda la isla, o sólo a la provincia. Batista ha dejado en claro que sus cifras corresponden únicamente a Granma.
Ese anuncio del ministerio fue sólo el segundo comentario del gobierno nacional sobre la epidemia desde el 3 de julio, cuando confirmó tres muertes y 53 casos causados por la bacteria Vibrio Cholerae pero no usó la palabra cólera. En la declaración del sábado sí se usó la palabra.
El sistema de salud pública de Cuba, que una vez fue uno de los mejores del hemisferio, y considerado aún capaz de lidiar con emergencias, ha perdido calidad desde el colapso de los gigantescos subsidios de la Unión Soviética, a principios de los años 90.
Cientos de medicos, enfermeros y otros miembros del personal médico de Cuba están trabajando en Haití, donde una epidemia de cólera ha causado la muerte de más de 7,000 personas desde el 2010.
El Nuevo Herald
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