Se agardecen las cosas buenas en pro del pueblo, y el Teatro de Chacao es un obsequio para el disfrute de los caraqueños, pero hay cosas que se pueden mejorar para que todo siga en marcha, no se trata solo de tener un espacio para la cultura, se trata de mantener un espacio, de que todo vaya bien.
El recién inaugurado Teatro Chacao es un obsequio que los caraqueños agradecen sobremanera, por todo lo que significa un espacio nuevo en la ciudad, libre del acoso ideológico de los cosos oficialistas. Sin embargo hay detalles que deben corregir a tiempo antes que se vuelvan endémicos.
En el concierto del Festival Atempo dedicado a la música contemporánea permitieron la entrada del público en plena actuación de los músicos sin esperar el paréntesis entre una pieza y otra. Los cuchicheos y taconeos se confundían con los de las notas de este tipo de música atonal.
Para colmo una de las organizadoras del Festival sufrió una aparatosa caída debido a la escasa luz en los pasillos. "¡No me agarre que yo puedo!", era una frase de protesta de algunas damas a quienes los amables guías trataban de ayudar tomándolas del brazo para llevarlas a sus asientos. La nota irritante la pusieron unas prohibiciones al público para que no ocuparan la fila M. "¿Es la fila de la reina?", mascullaban los asistentes. Del resto todo bien.
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