Por: VenEconomía
Es más que obvio que en la Venezuela comunista todos los poderes públicos están supeditados al poder de Hugo Chávez, incluidos la mayoría de los gobiernos regionales y municipales y el estamento militar. Sin embargo, no dejan de sorprender y sublevar las declaraciones públicas de sumisión irrestricta a Chávez y su proyecto comunista, de los representantes de estos entes.
En noviembre de 2010, por ejemplo, fue indignante escuchar del entonces jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional, Henry Rangel Silva, la afirmación de que las FAN estaban "casadas con el proyecto político socialista" que encabeza Hugo Chávez y la advertencia de que éstas no aceptarían la llegada al país de un gobierno diferente al chavismo.
El rechazo a esas declaraciones llegó de entes internacionales, como la Internacional Socialista, y del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, que las tachó de "graves" y consideró un hecho inaceptable "que un comandante del ejército amenace con una insubordinación a priori".
Así como también del sector democrático del país, entre otros, Diego Arria, ex Embajador de Venezuela ante la ONU y ex Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, quien le envió al General una contundente carta pública de rechazo a estas comprometidas declaraciones, indicándole que éstas constituían "un delito de lesa patria y una amenaza a la mayoría del país…".
En vez de llamar al botón a Rangel Silva, Chávez lo recompensó ascendiéndolo a General en jefe, el grado militar más alto que se puede obtener en Venezuela.
La historia ahora vuelve a repetirse, esta vez en la voz del nuevo ministro de la Defensa, el almirante Diego Mollero Bellavia, quien en el vil acto que intentó llevar a la gloria nacional a quienes violaron su juramento de respeto a la Constitución participando en la insurrección sangrienta del 27 de noviembre de 1992, no sólo condecoró al teniente Jesse Chacón (señalado como el responsable del asesinato de los vigilantes del canal estatal VTV) sino que también le aseguró públicamente a Hugo Chávez que "cuenta con una FAN revolucionaria, socialista, antimperialista, leal a los ideales y causa revolucionaria que usted lidera”.
Ahora Diego Arria, también le escribió a Mollero Bellavia una contundente y acertada carta pública recordándole al Almirante algo que éste debería saber desde el inicio de su carrera militar, que con sus declaraciones de sumisión "ha violado no solo el Artículo 328 de la Constitución, sino también disposiciones de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada y de principios de la ética profesional de los oficiales de la institución armada que merece el repudio y la condena pública por el desprecio que demuestra tener por la mayoría de los venezolanos, incluyendo a sus compañeros de armas”.
La trascendencia de esta ilegal subordinación a Chávez y su "causa revolucionaria, socialista” por parte de los altos mandos de la FAN, es que al ser también los responsables del Plan República (garante de que se respete el acto electoral y la voluntad de los electores) propicia vicios y violaciones a las leyes y a los derechos constitucionales de los venezolanos.
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