La alharaca montada por el chavismo en la Asamblea Nacional, mostrando incluso cheques, firmas, nombres de empresas y demás, persigue amedrentar a quienes tengan intenciones de darle dinero a la oposición para hacer política y disputarle el poder al chavismo, con o sin Chávez
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Hacer política no es un oficio barato. Para ello se requiere dinero, y bastante. Siendo Venezuela un país donde el financiamiento público a los partidos está prohibido, es normal que privados, empresarios, particulares y demás pichen plata para apoyar campañas y trabajo de activistas y partidos.
La alharaca montada por el chavismo en la Asamblea Nacional, mostrando incluso cheques, firmas, nombres de empresas y demás, persigue amedrentar a quienes tengan intenciones de darle dinero a la oposición para hacer política y disputarle el poder al chavismo, con o sin Chávez. Se busca cercar a la Mesa de la Unidad para matarla de mengua, mientras el PSUV se baña en un mar de dinero público, con la consistencia del petróleo y del impuesto que pagan todos los venezolanos.
Esos cheques, mostrados en televisión, demostraron ser montos pequeños, de esos que los políticos van martillando de puerta a puerta entre quienes puedan aportar para hacer el trabajo de calle. La mayoría de los expuestos en cámara fueron emitidos en 2007, 2009 y en 2010, fuera de lapsos de campaña electoral (y por tanto fuera de regulación del CNE) y sin comprometer dineros públicos. Es decir, es un tipo con real dándole plata a otro que se la pidió.
¿Dónde está el delito? En ninguna parte. Lo punible no son esos intercambios de dinero, sino no arrodillarse ante el Poder. Como le das dinero a quien no me quiere mandando, te mando al paredón también. Es la política sucia y baja, de talante autoritario y manipulador del estamento legal. Así preparan el escenario para unas elecciones presidenciales. Buscan que la MUD y su candidato no tengan ni para pagar unos pendones.
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