Foto AP/Robert F. Bukaty |
Se está atribuyendo a la tormenta al menos un total de cuatro muertes, tres en Canadá y una en Nueva York.
En el sur de Ontario, una mujer de 80 años colapsó mientras retiraba nieve con una pala en la entrada de vehículos de su casa y dos hombres murieron en choques de automóvil. En Nueva York, un hombre de 74 años falleció tras será atropellado por un auto en Poughkeepsie; la conductora dijo que perdió el control del vehículo por las condiciones de nieve, dijo la Policía.
En la madrugada del sábado habían caído más de 58 centímetros (23 pulgadas) de nieve en partes del centro de Connecticut, y áreas de en el sureste de Massachusetts, Rhode Island y Nuevo Hampshire acumulaban 61 cm de nueve o más, y seguía cayendo.
"No lo creemos", comentó Tommaso Memeghini, de 29 años, un italiano que vive en Barcelona; España. "Nos dijeron que podría ser la tormenta de nieve más grande en los últimos 20 años", agregó.
El Servicio Meteorológico Nacional dice que se esperan 91 cm (tres pies) de nieve en Boston, amenazando el récord de la ciudad de 70 cm (27,6 pulgadas) establecido en 2003.
Las aerolíneas cancelaron más de 5.300 vuelos hasta el sábado, y los tres aeropuertos principales de la ciudad de Nueva York y el Aeropuerto Logan de Boston cerraron.
En Manhattan, bulliciosas después de la medianoche, estaban tranquilas el sábado, si no fuera por los camiones quitanieve, el chirrido de palas y la risa de parranderos que desafiaban la nieve.
Bill Tavonallo, de 39 años, dijo que caminó a su casa a propósito desde un bar de Manhattan para disfrutar la caída de nieve.
"Con (la súper tormenta) Sandy, estábamos asustados. Pero esto es maravilloso", comentó, teniendo una costra de hielo sobre sus lentes. "Es agradable tener una razón para tomar las cosas con calma", agregó.
Más temprano, mientras meteorólogos advertían sobre las inminentes condiciones de ventisca, compradores desde Nueva Jersey a Maine llenaron los supermercados y ferreterías para adquirir comida, palas para nieve, linternas y generadores, algo que se volvió un artículo precioso después de la llegada de la súper tormenta Sandy en octubre. Otros llenaron el depósito de gasolina de su auto, otra lección aprendida por todos muy bien después de Sandy.
Antes de que empezara la nevada, Boston, Providence (Rhode Island), Hartford (Connecticut) y otras ciudades y pueblos de la Nueva Inglaterra y el norte del estado de Nueva York suspendieron las clases el viernes.
"Esta será una tormenta invernal peligrosa", advirtió Alan Dunham, especialista en el Servicio Nacional Meteorológico en Taunton, Massachusetts. "Dondequiera que tengas que ir, llega a tu destino el viernes por la tarde y no pienses en salir".
"Ésta es una tormenta de proporciones mayores", dijo el alcalde de Boston Thomas Menino. "No vayan a las carreteras. Permanezcan en casa", exhortó.
La tormenta de nieve llegó clementemente al inicio de un fin de semana, lo que significa menos autos en las carreteras y tiempo adicional para que las cuadrillas de sanidad limpien el desorden antes de que los trabajadores viajeros de la región Nueva York-a-Boston —casi 25 millones de personas— tengan que regresar a laborar. Pero también podría significar un fin de semana encerrado.
Rainy Neves, madre de dos niños y residente de Cambridge, justo al oeste de Boston, realizó algunas compras de último minuto en una tienda de comestibles, llenando su carro de supermercado hasta el tope.
"Honestamente, mucha chatarra; muchas cosas que se pueden preparar en caso de un apagón, muchas golosinas para mantener a los niños ocupados al estar dentro durante una tormenta, cosas para beber con mis amigos, cosas para ver películas", agregó. "Simplemente un montón de cosas para mantenernos entretenidos".
En la ampliamente católica Boston, la arquidiócesis instó a los feligreses a ser prudentes sobre asistir a la misa del domingo y les recordó que, bajo la ley de la Iglesia, la obligación "no aplica cuando existe una grave dificultad para cumplir esta obligación".
A la mitad del que ha sido un invierno benigno en el noreste, se emitieron advertencias de ventiscas e partes de Nueva Jersey a Maine. El Servicio Meteorológico Nacional dijo que Boston podría recibir hasta un metro (3 pies) de nieve el sábado por la tarde y la ciudad de Nueva York 35,5 centímetros (14 pulgadas). El alcalde Michael Bloomberg ordenó que se alistaran quitanieves y 250.000 toneladas de sal para derretir la nieve. Al sur, Filadelfia anticipaba de 5 a 10 centímetros (2 a 5 pulgadas). En el este de la ciudad de Nueva York había caído casi 30 cm de nieve (un pie) antes de la medianoche del viernes.
"Espero que los pronósticos estén exagerando la cantidad de nieve, pero nunca se sabe", comentó Bloomberg, y agregó que por lo menos la tormenta llega en un fin de semana, cuando el tránsito es más ligero y las barredoras de nieve pueden despejar las calles con menor dificultad.
Se emitieron advertencias de tormenta de nieve para partes de Nueva Jersey y Long Island, en el estado de Nueva York, como también partes de Massachusetts, Rhode Island y Connecticut, incluso Hartford, New Haven (Connecticut) y Providence. Las advertencias se extendieron hasta Nueva Hampshire y Maine.
El meteorólogo Jeff Masters, de Weather Underground, dijo que la tormenta invernal era una colisión de dos tormentas y podría terminar entre las cinco más intensas de la historia en el área de Boston.
"Cuando se juntan dos tormentas respetables, uno va a tener un golpe de nocáut con ésta", comentó.
Los gobernadores de Connecticut y Massachusetts ordenaron a los trabajadores estatales en tareas no esenciales quedarse en sus casas el viernes.
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