El pasado sábado el Gobierno inauguró un cine con un foro sobre los 14 años que tiene en el poder. La intervención central del evento estuvo a cargo del historiador Vladimir Acosta, quien en un principio dijo que no iba a hacer críticas, luego cuestionó el hecho de que Nicolás Maduro, caraquista, celebrara el triunfo del Magallanes, para seguidamente hacerle importantes cuestionamientos al funcionamiento de la "revolución" bolivariana, en particular al PSUV, del cual afirmó que no es un partido político revolucionario sino una maquinaria electoral.
Pero esa no fue la crítica más importante. Aseguró que lo único que hace la dirigencia del PSUV es repetir, es amplificar, lo que dice Chacumbele. Que tienen que tener criterio propio.
Que deben participar en la elaboración de las líneas políticas. Les dijo en su cara sin querer queriendo, a Maduro y Jorge Rodríguez, entre otros, que son unos borregos. Otra tarea pendiente que les recordó es el desarrollo de la democracia interna, evitar el stalinismo y dejar atrás el sectarismo.
Creemos que las observaciones de Acosta son pertinentes, pero nos extraña que un conocedor de la historia universal no se dé cuenta de que simplemente lo que hacen los dirigentes del PSUV es repetir lo que ha ocurrido en los procesos que él y los dirigentes de ese partido admiran e imitan.
Los dirigentes rojitos no expresan sus opiniones libremente porque no saben si van a contar con el beneplácito del jefe. Lo mismo que ocurría en la Unión Soviética, en sus satélites, en la China de Mao, en la Cuba de Fidel.
Además que hay una importante diferencia en el caso actual. ¿Puede algún dirigente del PSUV compararse con Trotski, por citar un ejemplo? La falta de liderazgo está quedando patente en estos días de ausencia de Esteban. Ninguno de sus segundones carga sus galones. Son unos simples loritos como les dijo Acosta.
Fuente: TalCualDigital
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