Por: VenEconomía
En la voz de VenEconomía, y de un sin fin de analistas económicos nacionales e internacionales, se ha repetido hasta el cansancio que es inviable instaurar en Venezuela, y en ningún país del mundo, el comunismo, mucho menos el comunismo disfrazado como socialismo a la cubana.
El costo en profundización de la pobreza, en destrucción de la economía y el progreso que tiene que pagar la población es demasiado alto, para los pírricos beneficios que dicen perseguir, si es que en realidad conlleva alguno. El costo social al que conlleva este sistema que pretenden instaurar, es enorme ya que se profundiza la pobreza, se destruye la economía y, finalmente, esto se traduce en la falta de progreso que tienen que costear los venezolanos
Una evidencia inobjetable de esto es la destrucción de la industria nacional que se ha profundizado en 14 años de controles de todo tipo, penalizaciones a la actividad privada, confiscaciones, y un largo etcétera de coercitiva permisología. Todo un conjunto de políticas inhibidoras del desarrollo, de la producción y competitividad del sector productivo nacional, hoy reducido a su mínima expresión, que ha dejado al país a la buena de las importaciones y, por ende, de la provisión de divisas, hoy en extinción.
Un caso emblemático de hasta dónde están llegando las cosas para el ciudadano y las empresas se refleja en el comunicado que “Protinal Proagro” publicó, a páginas completas en toda la prensa nacional, este lunes 25 de marzo, y donde alerta al gobierno nacional de la grave situación que atraviesa la empresa y todo el sector avícola del país.
La empresa “Protinal Proagro”, con 70 años de existencia dedicada al desarrollo de la avicultura nacional y a la producción de alimentos balanceados, advierte al gobierno y al país que se ha agotado la provisión de maíz, grasa, soya y otros insumos indispensables para producir el alimento que comen las aves de cría que surten al mercado nacional.
Se estima, que con ello, se arriesga la vida de más de un millón de pollos que podrían ser sacrificados antes de tiempo por la imposibilidad de alimentarlos.
Explica “Protinal Proagro” que se ha cumplido con los requerimientos del Ministerio de Alimentación y de la Superintendencia Nacional de Silos (SADA) y que estos entes ya asignaron los certificados de no producción y las licencias de importación para materias primas indispensables para la producción de los alimentos balanceados, y para acceder a las divisas controladas por Cadivi.
Indicó el comunicado que a la fecha el ente controlador no les había “liquidado las divisas necesarias para seguir operando”. Y hace un ruego al nuevo Órgano Superior para la Optimización de las Divisas para que se unan “al equipo de trabajo y a liquidar las divisas requeridas por el sector”.
¡Qué lamentable que empresas y ciudadanos tengan que recurrir al ruego público a una élite en el poder que se cree imperecedera, para poder cumplir con su razón de ser!
Una razón de ser que, en el caso de “Protinal Proagro” es: 1) Mantener en funcionamiento una actividad productiva, que genera 5.500 empleos directos a productores avícolas en 14 estados del país, y unos 60 mil empleos indirectos. 2) Contribuir con programas sociales a un universo de más de 84 mil personas. Pero, sobre todo, (3) garantizar el suministro de la principal fuente de proteínas, como es el pollo, para un 94,1% de hogares en Venezuela.
Cuando el venezolano diga ¡pollo, no hay! ¿el socialismo a la cubana seguirá jactándose de la utópica soberanía alimentaria?
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