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ELIZABETH ARAUJO/TalCualDigital
Exparlamentario, analista político y miembro del comando Simón Bolívar, Eduardo Semtei sostiene que la corta campaña electoral es un match boxístico de un solo round: no hay tiempo para explorar al boxeador contario. “Esto es subiendo al ring y lanzando golpes”.
Asegura que el chavismo sin Chávez es un barco sin rumbo, y que al no contar con el líder, ninguno “de sus bacalaos herederos” tiene la fuerza interna, la autoritas, para amenazar a otro con sacarlo del poder.
Avizora en el PSUV una experiencia caníbal, como la de un pozo de cocodrilos cuando se acaba la comida; “es decir, el presupuesto para robar”
–¿Cuál es su primera radiografía de esta corta campaña electoral?
–En dos ejércitos que se enfrentan el mejor general de la tropa enemiga fallece y el otro general queda en pie. Nadie podría decir que el bando del ausente ahora queda mejor estructurada y con mejor mando. Capriles ya obtuvo casi 7 millones y no es una quimera recuperarlos. Hay un cierto grado de facilidad, mientras tanto Nicolás no ha sacado ni un solo voto, y tiene una montaña empinada por subir. Cada vez que Chávez no era candidato el chavismo bajaba un 30% en promedio, respecto a la votación del Presidente. Ahora estamos en lo mismo: Chávez no es candidato. Es un match boxístico de un solo round, no hay tiempo de explorar al boxeador contario. Esto es subiendo al ring y lanzando golpes.
–¿Hasta cuándo va seguir Maduro utilizando a Chávez para su campaña electoral?
–Hasta que evidencie la inutilidad de su magra ilusión de creer que los votos son como los corotos: hereditarios. Me atrevo a afirmar que una vez que los votos entierren sus ilusiones hereditarias se negará a creerlo y buscará argumentos para inocular su sorpresa.
–¿Cuáles serían las tres pruebas más evidentes demostrables del ventajismo del Gobierno?
–La decisiones irresponsables del TSJ, que parecen trajes hechos a la medida. El uso descarado de todo el sistema de medios públicos y de cadenas para beneficio de Maduro. La utilización del presupuesto público para movilizar a activistas. La inmoralidad de que 11 gobernadores y ministros estén en el comando de campaña de Maduro y no se separen del cargo, mientras Capriles y Falcón, este último sin estar obligado, se separaron de los suyos.
–¿Qué le responde usted a quienes del lado opositor le dicen que con esta elección van directo al matadero?
–Quien tiene el mundo al revés es Maduro. Tiene la idea que los votos son no solo transferibles sino hereditarios. El chavismo posee fijo unos 5 millones de votos; es decir, lo que ellos obtienen cuando no es Chávez el candidato. Nosotros tenemos, según las últimas elecciones, unos 6.7 millones. Es más, en las elecciones para diputados la oposición obtuvo más votos que el chavismo.
–¿Qué trae de nuevo la campaña de Capriles si todo lo que proponía fue ampliamente divulgado para los comicios del 7-O?
–Mayor unidad de los partidos; un comando de campaña pluripartidista; mayor experiencia y mejor organización.
–Pero ¿cómo vender un Capriles ganador ante un país que todavía llora la muerte del presidente Chávez?
–Chávez era un hombre de medios. Cantaba, declaraba, bailaba, joropeaba, echaba chistes, peleaba, regañaba, todo un showman. Y como tal, la gente lo lloró, como hizo con Elvis Presley o con Felipe Pirela. Mucho más en su caso porque era un personaje televisivo y presidente. Apareció 500 veces en televisión, solo en Aló Presidente. A 4 horas por programa fueron 2000 horas. Es decir, si fuera un programa diario de una hora estaríamos hablando casi 6 años.
–¿Por qué no hubo resistencia al interior del PSUV por la designación que hizo Chávez de un candidato sin carisma ni conocimiento del país?
–La palabra de Chávez era indiscutible. Ahora que Chávez no está, como diría el difunto mismo, se soltaron los genios de la botella. Allí hay que sentarse a ver pasar los muertos políticos.
–Se ha dicho que fue un error estratégico subrayar de Maduro su condición de exautobusero. Pero ¿no es legítimo que el elector conozca los atributos profesionales y conocimientos de quien va a gobernar un país?
–Me parece una real estupidez sacarle a Maduro que era chofer de autobús. No hay trabajos ni oficios indignos, excepto el tráfico de drogas y cosas similares. Siempre hay radicales estúpidos, que no son ni de derecha ni de izquierda, sino que son del mundo de los odiantes, imbéciles y despreciables.
–¿Qué opinión le merece la extremada condición de militante de Tibisay Lucena? ¿Se trata de un compromiso partidista difícil de deshacer?
–Ciertamente, Tibisay ha aparecido excesivamente simpática, por decir algo, con el fallecido Presidente y con todo lo que tenga olorcito a gobierno. Esto no significa de ninguna manera que Tibisay le haya torcido el brazo a la ley, o haya manipulado las máquinas para que los resultados favorezcan ilegítimamente al gobierno. Sin embargo es obvio, un hecho comunicacional masivo, que el CNE no ha tenido ni la voluntad ni la entereza ni la valentía para frenar los abusos consecutivos, manifiestos y abiertos contra el equilibrio en la contienda electoral. El hecho que el presidente de Pdvsa haya dicho que la empresa y sus trabajadores están listos para la campaña electoral era motivo suficiente como para que el CNE solicitara una investigación por peculado de uso contra Rafael Ramìrez, pero eso es un sueño. O las cadenas groseras de radio y TV. Mientras Capriles se separó del cargo para entrar en campaña, el mismo Henri Falcón hizo lo mismo, sin estar obligado para nada; tanto el alcalde de Caracas como 11 ministros aparecen públicamente como miembros del Comando de Campaña Rojo en desafío a la ley, en burla y desprecio al CNE. La Fiscal, otra de las "damas revolucionarias", también se hace de la vista gorda. Les recuerdo que los delitos de peculado no tienen perención. Si alguien comete delito contra la cosa pública hoy, es posible que pueda escaparse del imperio de la ley. Pero ¿quién sabe mañana?
–¿En verdad le da provecho electoral a Maduro exhibir a Capriles como homosexual, dado que a sus 40 años no tiene una esposa?
–Un candidato presidencial que diga que él no sabe si su rival a la silla, es decir Capriles, está enamorado de su esposa Cilia o de sí mismo, de Maduro, explica claramente la escasa formación política y social de Maduro. Esa frase escandalosa, y hasta vergonzosa y demencial, es la tapa del frasco de insultos baratos y marginales de quien pretende ser Presidente. Mariconsones y jalabolas son, entre otras, las categorías lingüísticas que usa el candidato oficialista para relacionarse con su entorno. Ese nivel arrabalero no hace sido depauperar los niveles civilizatorios de la sociedad venezolana. Ni siquiera Idi Amin, fue capaz de decir que no sabía si sus rivales estaban enamorados de él o de sus esposas. Dios, santo… ¡Dónde hemos caído!
–Con el cambio de dueños de Globovisión y las especulaciones que surgen en torno a un progresivo cambio de línea editorial ¿se cumple con el plan de Chávez de estrangular a los medios, pasando de la TV y la radio a la prensa escrita?
–En parte. Esa operación huele a gobierno. Es la técnica chavista contra el opositor. No quiero ganarte en debate. No quiero equilibrio. No quiero igualdad frente a la ley. La norma roja rojita es o te arruino o te meto preso o te expropio o te compro o te.... Punto.
–Hay quienes ahora temen más al chavismo sin Chávez que al chavismo con Chávez, debido al comportamiento medio fascista de quienes padecen la orfandad de un líder que internamente trazaba la línea amarilla.
–Sí, ciertamente ahora sí es verdad que los genios malvados se salieron de la botella. Mientras Chávez estuvo vivo, su fuerza militar le otorgaba un sillón en el Olimpo del poder. Innumerables veces habló que quien no lo obedeciera que se fuera. Los botaba. Los acorralaba. En la actualidad, ninguno de sus bacalaos herederos tiene la fuerza interna, la autoritas para amenazar a otro con sacarlo del poder, o del partido. Ni Maduro puede sacar a Diosdado. Ni Diosdado a Jaua. Ni Jaua a Ameliach. Es un equilibrio precoz, débil, inestable que reventará. Ténganlo por seguro. En un pozo de cocodrilos y tiburones en la medida en que se acabe la comida; es decir, el presupuesto para robar. Las especies que allí habitan terminarán por comerse los unos a los otros. Ni la experiencia de los sobrevivientes del accidente aéreo de Los Andes, podrá compararse con la carnicería canibal que veremos en el PSUV.
–¿Tiene esperanza que, terminada la campaña electoral, y cualquiera que sea el ganador, los venezolanos podrían entrar en un proceso de reencuentro y diálogo?
–Con Capriles, sí se puede. Con Maduro empeorarán las cosas.
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