Jesús Gazzaneo |
Nia Silva | ÚN.- Cada vez que caen cuatro gotas, los vecinos de Las Salinas, en Carayaca, tiemblan porque se quedan sin luz. El domingo, en horas de la tarde, cayó una lluviecita de dos horas y dos transformadores, tanto de la avenida principal como de la calle Victoria, estallaron y los dejaron en tinieblas durante ocho horas.
"Con cada lluvia que cae, los transformadores botan aceite, lanzan llamas y nos quedamos sin luz. Sólo vuelve la energía cuando deja de llover", aseguró Mirna Ibarra, vecina.
Indicaron que son constantes los bajones y que a muchos se les han dañado los electrodomésticos, pero Corpoelec sólo arregló uno de los equipos hace dos meses.
Los lugareños aseguran que presentan el problema del servicio eléctrico cuando llueve, a pesar de que tienen en la entidad la planta de Tacoa.
La vía es otro dolor de cabeza. La entrada al sector se tranca por los deslizamientos de tierra e interrumpe el paso.
No hay drenajes y las calles se inundan de aguas servidas, ya que tienen un canal que bordea la avenida donde el agua fétida no tiene escape.
"Cada vez que llueve, la basura y el agua corren a la par", dijo Ibarra.
Fotos: Jesús Gazzaneo
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