MARIO SZICHMAN/ Especial desde Nueva York/TalCualDigital
Los corresponsales de prensa tienen problemas para cubrir las noticias de Venezuela. El país está muy polarizado.
Hay un presidente hipotético, Nicolás Maduro, y un presidente aparente, Henrique Capriles Radonski. Eso obliga a andar con pies de plomo. Es necesario ser muy objetivo para no incurrir en la ira de la mitad de sus habitantes, y en los aplausos de su otra mitad.
Tras esas palabras de advertencia, y de manera ecuánime, debemos señalar que la oposición venezolana ganó el primer round en su disputa pugilística con legisladores del oficialismo.
Dicen que una imagen habla por mil palabras, y el rostro ensangrentado del parlamentario venezolano Julio Borges adornando las primeras planas de muchos periódicos en Europa y en Estados Unidos, habla por sí sola.
Además, como los periodistas del primer mundo suelen ser proclives al antichavismo, creen que lo que ven con sus ojos es la verdad. Y como han visto la cara lastimada de Borges, un opositor al gobierno, de inmediato concluyen que el parlamentario fue vapuleado por los chavistas.
Al excelente golpe de propaganda de la oposición se suma el hecho de que el chavismo no ha podido mostrar un solo rostro de sus legisladores dañado de similar manera. Pero hay una buena explicación para ello, que enunciaremos más abajo.
MANEJANDO A LOS MEDIOS
Las versiones de la prensa internacional han sido desmentidas por los poderes Ejecutivo y Legislativo de Venezuela, que acusaron a los legisladores opositores de agredir a los legisladores chavistas.
Esa versión está avalada por la autoridad del cuasi presidente Nicolás Maduro, y del presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello.
Es lamentable que todo lo que se puede mostrar es un deplorable video que por cierto ha sido insertado con la foto de Borges en los principales medios de prensa del mundo donde resulta difícil descubrir quien arrojó la primera piedra.
Lo único que se puede observar, dijo The Associated Press, es la pugna entre legisladores chavistas y antichavistas, un incidente que pareció "más una pelea entre borrachitos que una disputa política".
Pero a medida que pasan las horas, la versión oficial va ganando credibilidad tanto en las filas chavistas como del gobierno. Y seguramente será aceptada por la prensa internacional debido a su contundencia.
Esta es la narrativa chavista sobre lo ocurrido el 30 de abril en la Asamblea Legislativa de Caracas: el parlamentario Borges se aprovechó de su voluminoso rostro para agredir a legisladores que estaban tranquilamente sentados en sus bancas, sin molestar a nadie. De ahí las sangrientas huellas en su semblante.
Hubo otros parlamentarios opositores que, según la versión chavista, arremetieron contra miembros de la banca oficialista. La diputada chavista Nancy Ascencio nunca arrojó al piso a la parlamentaria María Corina Machado, ni tampoco la golpeó en el rostro, dijeron medios chavistas.
Por el contrario, fue María Corina Machado quien intentó arrojar al piso a la diputada chavista Nancy Ascencio, pero erró el golpe de furca, y cayó al suelo. Y cuando Ascencio quiso ayudar a su colega a levantarse nobleza obliga hizo un mal movimiento, y en lugar de apoyar la mano en el piso, la hundió en el rostro de Machado, cuyas lastimaduras, si es que son realmente lastimaduras, fueron resultado de su fallido intento de agresión.
Tal vez el diputado antichavista que intentó agredir a más chavistas fue Américo de Grazia. Usando su cuerpo como catapulta, de acuerdo a la versión chavista, se lanzó por una de las escaleras del Congreso tratando de arremeter contra cinco inocentes espectadores, quienes reaccionaron contra la agresión con medidas de autodefensa que lo enviaron al hospital.
ES FÁCIL SIMULAR AGRESIONES
¿Fueron realmente agredidos los parlamentarios antichavistas, o fraguaron esas agresiones para hacer quedar mal al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello?
En los próximos días se podrá dilucidar el embrollo. Las autoridades chavistas tienen un límpido record a la orden de decir la verdad ("La verdad es mi lema", podría ser el lema del presidente de casi la mitad de los venezolanos).
De todas maneras, con las modernas técnicas de Hollywood, es posible maquillar a una persona en menos de tres minutos para que simule haber sufrido politraumatismos craneales. Es suficiente con una buena aplicación de cosméticos.
No sería nada raro que el "cineasta" Timothy Tracy, arrestado por intentar causar una guerra civil y la invasión norteamericana a Venezuela, haya asesorado a los parlamentarios opositores para que apareciesen como víctimas de una coñamentazón.
La pregunta que muchos se hacen es la siguiente: ¿Por qué los parlamentarios opositores presuntamente agredidos fueron los únicos fotografiados por la prensa internacional?
Lo que ocurrió, dijeron fuentes oficiales, es que los legisladores chavistas agredidos, en lugar de buscar fotógrafos y camarógrafos para que registraran sus rostros amoratados y con evidentes señales de haber sido golpeados, estaban atendiendo a sus camaradas, maltratados y vejados por las tropas de choque del fascismo.
Lo que derrumba los infundios inventados por la parlamentaria Machado, dijo una fuente chavista a este corresponsal, es su acusación de que en medio de la trifulca el presidente de la Asamblea Nacional "sonreía".
Eso es imposible. Todos saben que Diosdado Cabello ha dejado de sonreír desde que nombraron a Maduro presidente encargado en el interregno previo a las elecciones, cuando la Constitución Bolivariana decía claramente que era Cabello quien debía encargarse del interinato.
De todas maneras, si bien el parlamentario Julio Borges ganó el primer round de la pelea a nivel de cobertura internacional, de nada tiene que vanagloriarse. Es evidente que lo salvó la campana. Estamos seguros que en el segundo round, el chavismo demostrará quien tiene la razón en Venezuela.
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