Por: VenEconomía
“¡Yo les digo señores, ustedes tenían que haber rezado mucho para que Chávez siguiera vivo. Señores de la oposición porque Chávez era el muro de contención de muchas ideas locas que a veces se nos ocurren a nosotros!”.
Esta inaudita exclamación la lanzó el presidente de la Asamblea Nacional y segundo a bordo de la “revolución bonita”, Diosdado Cabello, hace varias semanas en medio de los actos fúnebres de Hugo Chávez.
El alcance de las mismas ha venido cobrando forma en las últimas semanas en la ejecutoria irracional y al margen de la letra constitucional que están mostrando el cuerpo militar, todos los poderes públicos y, muy particularmente, en el Parlamento bajo el comando del autor de tan lapidarias palabras.
Cabello, sin el “muro de contención”, ha querido poner en práctica una de las “ideas locas”: Condicionar el derecho de palabra de la bancada de la alianza democrática al reconocimiento previo de Nicolás Maduro como Presidente de la República.
Desprecia con esto Cabello una realidad incuestionable: Que cada parlamentario ejerce sus funciones en representación del pueblo, lograda ésta en una elección nacional, con voto directo y secreto, donde la Alianza Opositora obtuvo el 52% de la votación. Además de pasar por alto que cada representante del pueblo goza de iguales derechos dentro del Hemiciclo independientemente de la tendencia política que milite.
El colmo llegó este martes 30 de mayo, cuando se ejecutó lo que a todas luces fue una emboscada de la bancada del oficialismo contra la bancada de la Alianza Democrática.
Primero, el oficialismo retardó sin justificativo alguno en más de tres horas el inicio de las sesiones. Luego, en clara violación al reglamento, se permitió la presencia en el Hemiciclo de principales y suplentes de la bancada oficialista y se cerraron las puertas del Hemiciclo. Y, como preámbulo de la violencia que se gestaba, las cámaras de la Televisora del Parlamento, ANTV, “casualmente” no enfocaron a la bancada Democrática que exigía su derecho de palabra, mientras Cabello pretendía aprobar créditos y desarrollar la sesión sin la participación de estos parlamentarios. No contaba Cabello y el combo oficialista con la persistencia e ingenio de los demócratas de llevar pancartas, pitos y cornetas para burlar el cerco y hacerse oír.
Con la celada al descubierto y abortada, algunos de los más violentos oficialistas atacaron y golpearon brutalmente a diputados y diputadas.
El resultado: Siete heridos de la bancada democrática, un Parlamento resquebrajado y gravemente herida la democracia del país.
¿Qué se persigue con tanto despropósito?
¿Se quiere generar un caos, para pescar en río revuelto y un sector del oficialismo apoderarse del poder?
¿Es una estrategia trazada en el Pacto de Cuba para acabar con lo poco que queda de institucionalidad democrática, como lo hizo Hitler el 27 de febrero de 1933 al quemar el edificio del Reichstag?
¿Se quiere tapar la pacífica y justa lucha de Henrique Capriles, la Alianza Democrática y más de 7,3 millones de venezolanos para exigir que el país conozca la verdad de los resultados del 14 de abril?
Sea cual sea la razón, como dijo este miércoles Capriles "éste no es el momento de cansarse ni de resignarse", sino de "alzar la voz de manera pacífica".
No hay comentarios:
Publicar un comentario