Por: Xabier Coscojuela/Víctor Amaya /TalCual
La lucha contra la corrupción sigue mientras los peces grandes continúan nadando tranquilos. Hasta ahora quienes han sido detenidos y acusados son pesos moscas o, en todo caso, pesos plumas. El presidente Nicolás Maduro se queja de que los medios no difunden su "lucha" contra la corrupción, que lo "invisibilizan", mintiendo en este tema también, pues en este diario hemos dado difusión a las medidas tomadas, incluyendo dos editoriales sobre la materia. Otros periódicos han hecho lo propio, los canales lo suyo también.
Lo que estamos esperando es que el Jefe de Estado decida investigar a los pesos pesados de la corrupción, comenzando por quienes fueron denunciados por tres connotados chavistas, como los son Jorge Giordani, Edmée Betancourt y Mario Silva, de haberse apropiado irregularmente, vía Cadivi, de 20 mil millones de dólares. Para ello habrían utilizado empresas de maletín.
La semana pasada se saldó con la detención del exgobernador del estado Guárico Luis Gallardo, presentado ayer en Tribunales, quien en otra época fue cercano al "comandante eterno" y connotado personaje llanero del PSUV.
En Costa Rica andan buscando a un venezolano, que hacía negocios con Cavim y el aeropuerto de Maiquetía, de quien sospechan que lavaba cerca de 15 millones de dólares, sencillo comparado con lo de Cadivi, aprovechando la escasez de papel tualé para decir que el dinero lo usaba era para importar tales productos. Es decir, las propias consecuencias del mal manejo administrativo terminan impulsando a no pocos vivos a embolsillarse. También se supo que un ente público contrató a la encuestadora de Jesse Chacón, para que realizara un estudio de opinión a jóvenes, lo que por lo menos demuestra que no se guardan las formas, porque ni por licitación pasó, menos por comparativa de ofertas. Fue dedazo.
Hablando precisamente de formas, nos queremos referir a un hecho que pasó por debajo de la mesa, y en el cual tuvo participación directa el propio presidente Maduro, ese "paladín anticorrupción". En su reciente gira europea y después de visitar al Papa Francisco, el mandatario hizo escala en Lisboa, donde concretó una serie de acuerdos con el gobierno portugués, entre ellos la construcción de una nueva autopista entre Caracas y el estado Vargas. Dicho proyecto le fue asignado a una empresa lusa, sin licitación alguna. El monto de la obra es considerable, varios miles de millones de dólares, según información oficial, por lo que lo más saludable hubiera sido abrir una licitación internacional donde participaran empresas, tanto nacionales como extranjeras, y buscar los mejores términos para el país. No estamos diciendo que el Jefe del Estado se haya beneficiado personalmente con el referido contrato, pero las formas, presidente Maduro, son importantes y los ejemplos también.
Si el Presidente de la República pasa por bolas las licitaciones establecidas en cuanta norma administrativa hay (que sí aplican para las instituciones que gobiernan partidos de la oposición), cualquier funcionario público se siente con el derecho de hacer lo mismo. Ese tipo de proceder no es útil para combatir la corrupción. Recuerde, presidente Maduro, el refrán que habla sobre la mujer del César.
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