¿Una potencia?
Tal vez Maduro no sepa lo que es una potencia. Hay una superpotencia, los Estados Unidos; su poder económico, militar, tecnológico, la influencia en el mundo, así lo determinan
VÍCTOR HUGO D’PAOLA/TalCualDigital
Nicolás Maduro ha dicho que Venezuela dentro de algunos años será una potencia. Ya Hugo Chávez en uno de sus delirios frecuentes, había dicho lo mismo.
La condición de potencia de un Estado viene de su poder económico, de la capacidad de resolver los grandes problemas nacionales, de la influencia que ejerce sobre otras naciones, de su capacidad competitiva en el mercado internacional, del respaldo de su pueblo al liderazgo de quienes lo gobiernan. Nada de eso sucede en Venezuela, muy al contrario, vamos en proceso de declive, de crisis económica grave, de falta de unidad de propósitos en el pueblo.
Cada vez somos más una nación monoproductora que vive de las exportaciones petroleras, que no solo no ha diversificado su economía, sino más bien ha destruido la producción agrícola y la industrial, convirtiéndonos en una economía de puerto, de importadores de todo lo que necesitamos.
Tal vez Maduro no sepa lo que es una potencia. Hay una superpotencia, los Estados Unidos; su poder económico, militar, tecnológico, la influencia en el mundo, así lo determinan.
Hay subpotencias -Japón, Alemania- que aun con problemas son realidades económicas y políticas en el mundo. Hay las llamadas potencias emergentes que integran el BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Vienen creciendo económicamente, resolviendo graves problemas sociales, han disminuido la pobreza en cifras millonarias.
Lamentablemente, Venezuela no llena los requisitos exigidos, más bien sufre de males agudos como depauperación, abandono del país de sus mejores talentos, crisis del sistema educativo del cual la universitaria es una parte, caída de la producción económica y hasta en petróleo, vemos cómo Pedevesa ha dejado de ser la gran empresa que fue para ser la caja chica (¡grande!) del gobierno que necesita dólares para sus políticas demagógicas en campañas electorales y en regalarle a otros países, comprando adhesiones a la política internacional del chavismo.
Venezuela tiene un enorme potencial a desarrollar, pero con gobiernos tan mediocres como los de Chávez y Maduro, es difícil concebir la República entre las potencias del futuro. Muy por el contrario, sufrimos cada vez más el subdesarrollo.
La falta de talento de Maduro, Arreaza y el ministro del Interior, los poderosos del régimen, según parece, el empeño en mantener las políticas de Chávez, no es garantía alguna de recuperación exitosa.
No es que no deseamos que Venezuela pueda llegar a ser una potencia, lo que pasa es que el gobierno actual no tiene políticas ni talentos para sacarnos de la crisis tercermundista en que nos han metido.
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