Por Benito Kozman | El Viralero
Accedieron a la base de datos de la mayoría de los hospitales de Michigan, repasaron las 42 000 admisiones por infarto del miocardio que habían sido registradas a lo largo de cuatro años, y llegaron a una conclusión: una media de 32 personas sufrieron un ataque cardiaco al amanecer de cada lunes, pero –lo que es peor—ocho infartos más, como media, se agregaron el lunes siguiente al cambio de horario y la llegada de la hora de verano.
Se trata de un equipo multidisciplinario de la Universidad de Colorado, dirigido por el Doctor Amneet Sandhu, que esta semana defendió su teoría durante la sesión anual del Colegio Norteamericano de Cardiología, que tuvo lugar en Washington.
Sabíamos que en todas partes del mundo, el lunes es el día de la semana con mayor incidencia de infartos, por causa de un estrés ligado al inicio de una nueva semana de trabajo, asociado al cambio de ritmo de los ciclos del sueño que se produce cada fin de semana.
Pero desconocíamos que de entre tantos, hay un lunes muy puntual, digno de que se le preste una mayor atención: ese tras el cual adelantamos una hora en nuestros relojes y, con ello, acortamos el tiempo destinado para el reposo.
“Nuestro estudio sugiere que las modificaciones de nuestro ciclo de sueño, aunque sean mínimas, pueden tener efectos nefastos para nuestra salud”, enfatizó Sandhu.
De manera que bastaría tan solo con pasar al horario de verano, y por consiguiente perder una hora de sueño reparador, para que el riesgo de infarto del miocardio aumente en un 25%; todo esto en apenas unas horas.
Mientras que lo común es considerar como algo anodino esta ruptura del habitual ritmo circadiano de cada persona, producto del “tránsito” de un horario a otro, para estos especialistas de la Universidad de Colorado se trata de un indicador a tener en cuenta.
Una demora en la recomposición del estrés celular provocado por esta ruptura, estaría entre una de las causas de la irrupción de lo que comúnmente conocemos como “ataque al corazón”.
Según un reporte de Reuters, una de las recomendaciones del Dr Amneet Sandhu, dirigidas a los hospitales y a los centros de control de la salud, estaría en reforzar ligeramente el personal médico, tanto todos los lunes del año, como sobre todo ese lunes en el que, tras haber modificado la posición de las manecillas del reloj, solemos dormir una hora menos.
"Si podemos identificar los días en que puede haber oleadas de ataques al corazón, podemos estar listos para una mejor atención a nuestros pacientes", concluyó.
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