Por: VenEconomía
El 10 de abril, hace poco más de un mes, durante la mesa de diálogo televisada en cadena nacional, el país escuchó al viceministro de la economía, Rafael Ramírez, enfatizar que el modelo económico de la revolución “era profundamente exitoso”. Su afirmación la argumentó vociferando que el modelo de distribuir “la renta petrolera entre los más pobres del país” había abatido la pobreza, la pobreza extrema y el desempleo.
Pero, esta semana, las cifras en materia de pobreza para 2013 publicadas por el Instituto Nacional de Estadísticas revelan que las cosas no están tan buenas para Venezuela como aseguraba Ramírez.
Cabe recordar que el INE modificó la metodología para medir la pobreza y así favorecer los resultados dados por el gobierno de la “revolución bolivariana”. Ahora se mide exclusivamente con base en los ingresos monetarios familiares y sin tomar en cuenta factores socio-económicos, tales como, el acceso o no al servicio de agua potable, el número de personas que duermen en una cama, etc.
De acuerdo con el criterio del INE, la pobreza en el país se incrementó entre 2012 y 2013, de 21,2% a 27,3%, el nivel más alto desde 2006. Esto indica que el número de hogares en situación de pobreza habría pasado en términos absolutos de 1.483.264 en el segundo semestre de 2012 a 1.899.590 en el segundo semestre de 2013, es decir cada día hubo alrededor de 4.900 hogares más pobres.
Indica además el INE que en el último semestre de 2013 los ingresos de estos 1.899.590 hogares no alcanzaban para cubrir el costo de la cesta familiar, que incluye según el BCV “un conjunto de bienes y servicios indispensables de los cuales una familia debe tener para poder satisfacer sus necesidades básicas de consumo a partir de su ingresos”.
Revela también el ente estadístico que la pobreza extrema aumentó de 7,1% hasta 9,8% (de 422.965 hogares hasta 651.051 hogares) en el mismo lapso, lo que significa que 189.086 hogares pasaron a las filas de aquellos cuyo ingreso familiar no alcanzaba para pagar el costo de la canasta alimentaria básica.
Así, los argumentos del viceministro Ramírez para cacarear la grandilocuencia del modelo revolucionario se fueron al traste en menos de lo que canta un gallo.
Ahora bien los que sí parecen que van perfectamente compaginados con la “realidad revolucionaria” son el ministro de Planificación, Jorge Giordani, y el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, quienes coincidirían en que el castrochavismo requiere de los pobres para su sobrevivencia, ya que según pinta la situación del país, esta fábrica de pobres parece indetenible.
Según las proyecciones de analistas otros indicadores que influyen en la pobreza también están en continuo crecimiento, entre los dos principales: 1) La escasez de alimentos que ronda el 30%, esto sin mencionar la falta de medicinas, reactivos e instrumental médico indispensable a la salud. 2) La inflación que, según cifras extraordinarias, tenía un acumulado anualizado para abril de más de 60%. Esta es la inflación más alta de Latinoamérica y va para peor, pues se enrumba a cruzar la barrera del 75% a finales de 2014, según el Cendas.
Esto sin considerar otros parámetros que hacen la vida mísera a millones de venezolanos, como es el déficit de viviendas; el descalabro del sistema de salud, tanto pública como privada; la obsolescencia y destrucción de la planta educativa; la putrefacción de los desechos sólidos que no se recogen sistemáticamente; las carencias en los servicios públicos como transporte, luz y agua potable. Amén de la continua y creciente destrucción de fuentes de empleo, por el ataque a la empresa privada por parte del gobierno de Maduro, que según el Cendas le ha restado ya 500.000 empresas a la planta industrial privada del país y ha llevado a unos 6.000.000 de venezolanos a la informalidad laboral.
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