Foto por: gisxxi.org |
Hace unos días el presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana de Líneas Aéreas (ALAV), Humberto Figuera, anunciaba que junto al ministro de Transporte Acuático y Aéreo, Hebert García Plaza, decidieron que a partir del 1 de julio se fijará el precio de los boletos aéreos a la tasa del Sicad II... es decir nuevo aumento. Según la medida es para promover el turismo hacia Venezuela "con precios de pasajes más competitivos".
Nuestro país tiene tantos sitios para hacer turismo interno, de eso no se duda. Hemos visto cómo americanos y europeos, aman nuestras playas y su naturaleza. Digamos que de un tiempo para acá eso ha disminuido.
Casos de asesinatos a extranjeros, múltiples robos desde que pisan el aeropuerto hasta intentos de secuestros no precisamente ayudan a limpiarle la cara al país, porque ¿cómo podría uno hablar de las bondades turísticas cuando lee las noticias de escasez, robos y muertes violentas?
Hagamos un ejercicio más pequeño, la atención al cliente en nuestro país ha ido en detrimento, la amabilidad se ha perdido. De repente sentimos que nos hacen un favor al atendernos. Si en algún momento se han percatado de eso, no te puedes equivocar con el pedido porque el mesonero podría propinarte un regaño y mala cara. Da miedo ser humano cuando eres cliente.
Imaginen un turista extranjero seducido por la delicia que supone un café con leche mañanero hasta que se topa con el letrero de "no tenemos leche". En los pasillos de un hotel de cuatro estrellas te venden el miedo de que si dejas objetos de valor, no se harán responsables de lo que suceda.
En una metrópolis en la que funciona un Metro o Subterráneo se siente la fácil movilidad, pero si eres extranjero, el problema no es llegar a la estación de Metro más cercana, es si el hampa te va a dejar abordarlo, podrías llegar robado antes.
Últimamente se han visto espacios libres en los que ofrecen Wi-fi gratis, iniciativa que se aplaude pero, ¿quién tiene el valor de sacar su Tableta o Laptop para disfrutarlo? El hampa nos tiene en toque de queda y desconfianza constante. El extranjero que llega al país, nunca sabe si lo va a dejar el vuelo local o podría ser atacado en las carreteras hacia su destino final.
En épocas de raspa-cupos, donde empleados públicos defensores de las medidas económicas e ideales socialistas de la quinta república, aprovecharon para conocer sitios turísticos soñados, darse cuenta de que en otros países la cosa va mejorando, les hizo replantearse sus creencias. Ahora les toca despedirse de aquella ilusión porque todo va a pasar a Sicad II. Cuando pensaron que viajar era parte del plan socialista y la patria feliz, se les esfumó. Aún queda un grupo de patriotas que sabe cómo raspar el cupo en Cuba.
Tal vez el mensaje turístico es que afuera nos vean como unos bichos raros en el que inexplicablemente hay muertos, faltan productos, nos estamos estancando, pero según dice el Gobierno todo va a estar bien y no es culpa de ellos.
Estoy a favor del turismo en Venezuela... a pesar del hampa. Solo esperemos que exista el deseo de aquellos que se quedan en el país en construir una plataforma turística que nos vitalice como nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario