La problemática del crimen en Venezuela es una pandemia, un grave problema de salud pública que ha convertido a Venezuela en una sociedad en duelo y encerrada por el miedo, lo cual limita el desarrollo de una ciudadanía fuerte y activa
OBSERVATORIO VENEZOLANO DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES (OVDHM)
Las condiciones sociales, políticas, económicas han llevado a la población a sobrevivir, encerrada en sus casas por miedo a una bala homicida; salir para hacer largas colas en busca de alimentos que son básicos en la dieta diaria y que escasean en un promedio de 51,9% para el primer trimestre del presente año. Esto se suma a una inflación incontrolable que ha alcanzado un 60% interanual, devaluando el salario real.
Las dos problemáticas anteriores, escasez e inflación, se completan con la inseguridad. La inseguridad ciudadana en cuanto a la mortalidad por homicidios con armas de fuego nos ha colocado en el quinto lugar como país más violento del mundo y segundo del continente americano, sólo detrás de Honduras. El 19 de enero la Dra. Nancy Rodríguez de Rodríguez, ex presidenta de la junta evaluadora de jueces de Venezuela, declaraba a la prensa que "En el 2012 se produjeron más de 19 mil homicidios, lo que equivale a 60 homicidios por cada 100 mil habitantes. Esto quiere decir que se registró la cifra espeluznante, en promedio, de 17 homicidios cada media hora".
La problemática del crimen en Venezuela es una pandemia, un grave problema de salud pública que ha convertido a Venezuela en una sociedad en duelo y encerrada por el miedo, lo cual limita el desarrollo de una ciudadanía fuerte y activa.
El problema para las mujeres, además de las muertes por violencia de armas de fuego donde son minoría en comparación con los varones-, es convertirnos en sujetos del duelo traumático por muertes violentas, con todas las responsabilidades de la familia sufriente, y sin ninguna ayuda para poder manejar y superar, de la forma más sana posible esta vivencia altamente difícil, ya que la muerte por violencia está considerada, en todas sus expresiones, el duelo más traumático de todos. La familia venezolana promedio está integrada por 5 personas. Si 1 muere quedan 4, en su mayoría 2 o 3 mujeres, especialmente por el alto número de familias cuyo jefe es una mujer (42%) debido al abandono paterno.
Si a lo anterior sumamos la inseguridad social por vivienda, violencia sexual y homicida en los refugios con larga permanencia de familias damnificadas, la crisis de la salud en cuyos centros diariamente nos enteramos de la alta mortalidad infantil y materna, además de la falta de insumos médicos para la atención desde las emergencias y la suspensión de las cirugías opcionales, para pacientes con enfermedades graves como el cáncer, la paralización de los servicios de radioterapia y quimioterapia en el sector público, podemos llegar a la conclusión de que la situación de los Derechos Humanos en Venezuela ha rebasado los límites de la sobrevivencia.
La represión es la respuesta del gobierno ante la protesta pacífica por las causas mencionadas y otras muchas más: servicios públicos ineficientes, es decir, carencia de agua potable, permanente falta o apagones de luz eléctrica, escasez de cemento y otros materiales de construcción, etc., lo que ha llevado a la criminalización y/o penalización de las protestas que han sacudido al país. Para el 18 de junio de 2014, la ONG defensora de los derechos humanos Foro Penal contabiliza 3180 personas detenidas por protestar de las cuales, aproximadamente el 10% han sido jóvenes mujeres. Del total 116 personas permanecen detenidas. De ese total detenidas, 1961 han sido liberadas con medidas cautelares.
Tampoco podemos olvidar que de las 42 muertes durante estas protestas 4 han sido jóvenes mujeres venezolanas, mientras el 92-94% de los delitos graves, cometidos anualmente no son sentenciados por el Sistema de Justicia Venezolano, controlado por el Poder Ejecutivo y constituido por jueces militantes del partido oficialista o por jueces transitorios, a todo nivel del Sistema. En este contexto país todas las formas de violencia están exacerbadas y, no podían ser menos las diferentes formas de violencia de género que apareadas a las señaladas, hacen a las mujeres venezolanas víctimas y sobrevivientes de las violaciones a sus derechos humanos.
Cort. TalCualDigital
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