La situación política y la crisis económica no permiten que el país honre a sus grandes figuras. Al Tío Simón no se le despidió como se debía y ahora, por desgracia, le tocó el turno al maestro Renato Capriles
La situación política y la crisis económica no permiten que el país honre a sus grandes figuras, esas que enaltecen al país sobre cualquier circunstancia. Al Tío Simón no se le despidió como se debía, pues las protestas impidieron hasta que sus seguidores fueran a despedirlo al camposanto.
Ahora, por desgracia, le tocó el turno al maestro Renato Capriles, creador de la banda con más tradición en el país, Los Melódicos. No había ataúd dónde enterrarlo.
El cuerpo llegó con retraso a la iglesia del Cementerio del Este, según relató ayer Últimas Noticias, porque la funeraria no disponía –gracias a la escasez– de urnas. “Sus familiares debieron esperar unas 8 horas por el ataúd”, cuenta el rotativo. Así de mal estamos, en la “patria digna” no se consigue ni luego de muerto.
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