(EFE)- Los servicios básicos se van restableciendo en la capital de Chile un día después del terremoto que causó unos 300 muertos, pero las regiones sureñas, las más afectadas, carecen de agua, luz y combustible.
La ciudad de Concepción, la más afectada por el terremoto de más de 8 grados de magnitud en la escala Richter, carece por completo de agua, electricidad y combustible, y la gente ha salido a las calles en busca de algo que beber, según pudo comprobar Efe.
Además, sólo algunos lugares disponen de telefonía fija y, de las tres compañías de telefonía celular, sólo Entel funciona con cierta normalidad, mientras que Claro y Movistar tienen serios problemas para restablecer la comunicación.
Con estas condiciones comunicarse vía internet resulta casi imposible.
Tampoco hay comida, y algunos vecinos han protagonizado saqueos en algunos supermercados de la ciudad, a 515 kilómetros de Santiago.
Esto llevó a Carabineros a dispersar con bombas lacrimógenas al cerca de millar de personas que, llevadas por la desesperación, se acercaron a un local en busca de agua y alimentos, aunque algunos aprovecharon para llevarse electrodomésticos.
La falta de combustible limita la movilidad de sus vecinos, mientras que el aeropuerto de la ciudad continúa cerrado.
También continúan sin abastecimiento de agua potable muchas zonas de Temuco, a 672 kilómetros al sur de la capital, donde la municipalidad está distribuyendo agua en camiones aljibe (cisterna).
En cambio, en la capital, el 80 por ciento de los hogares dispone de servicio eléctrico, mientras que el 20 por ciento restante deberá esperar algunos días hasta que se restablezca el suministro, ya que son fallos pequeños que se deben solucionar caso a caso.
Así lo informó a la página web de El Mercurio la empresa Chilectra, responsable de abastecer de electricidad al 90 por ciento de los hogares de la capital, que este domingo trata poco a poco de restablecer la normalidad.
Pese a que en las primeras horas posteriores al terremoto la ciudad quedó prácticamente a oscuras, el servicio eléctrico se repuso poco a poco, mientras que el abastecimiento del agua no se vio afectado en ningún momento.
Sólo en algunos edificios se cortó el suministro de agua de forma provisional para evitar las filtraciones debido a las roturas de cañerías.
Lo mismo ocurrió con el abastecimiento de gas, que algunas comunidades de vecinos suspendieron con el fin de evitar escapes y accidentes graves.
A pesar de que la vida en la capital aparenta cierta normalidad, los vecinos se están agolpando en los supermercados para abastecerse de víveres y en las gasolineras se están formando largas colas para llenar los tanques de combustible.
El gerente de la Asociación de Distribuidores de Combustible (Adico), Sydney Houston, confirmó que el abastecimiento de gasolina en la capital está asegurado para las próximas dos semanas, y en el caso de diesel, para los próximos diez días.
Además, el metro, que ayer suspendió las operaciones en sus cuatro líneas, comenzó a regularizar hoy su servicio.
La Línea 1 funciona ya sin problemas, y las líneas 2 y la 4 operan parcialmente, mientras que la 5 se mantiene suspendida.
En tanto, el aeropuerto, que quedó muy dañado por el temblor, permanece cerrado, y estará así al menos dos días, aunque expertos dijeron a Efe que podría demorar más.
Los vuelos que llegan desde el exterior pueden desviarse a las ciudades de Arica y Antofagasta, en el extremo norte del país, y a Puerto Montt, a 1.000 kilómetros al sur de Santiago, según explicó el general de Aviación, Ricardo Ortega.
Condiciones parecidas a las de la capital se vivieron en las localidades costeras de Viña del Mar y Valparaíso, a 125 kilómetros al noroeste de Santiago, donde los servicios de electricidad y el agua o no se cortaron o se repusieron pocas horas después del terremoto, según constató Efe.
Hoy permanecen cerrados los puertos de Valparaíso y San Antonio, ante el riesgo de fuertes marejadas.
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