L'AIGUILLON-SUR-MER, Francia/AFP — Equipos de rescate intentaban socorrer este lunes a cientos de personas después de que la tormenta de invierno más virulenta de la última década dejara 57 muertos en Europa occidental, la mayoría de ellos en Francia.
La costa atlántica de Francia fue azotada por la tormenta Xynthia, que desató vendavales y lluvias torrenciales el domingo, forzando al gobierno francés a declarar el estado de emergencia.
En Francia, el último balance era de 47 muertos y por lo menos 30 desaparecidos; medio millón de hogares seguía además sin electricidad, según informaron las autoridades.
Por lo menos cinco personas murieron en Alemania, tres en España, una en Portugal y una en Bélgica.
Más de 9.000 bomberos y socorristas franceses, apoyados por botes y helicópteros, se desplazaron el lunes a las zonas afectadas para socorrer a los damnificados.
Olas de más de ocho metros obligaron a muchas personas en las regiones de Vandea y Charente (oeste) a treparse a los techos de sus casas, a pesar de vientos que alcanzaron velocidades de 150 kilómetros por hora.
Si esto hubiera ocurrido de día, el balance de muertos no habría sido tan desastroso, ya que la tormenta sorprendió a la gente mientras dormía", señaló el ministro del Interior, Brice Hortefeux, a la radio France Info.
"Junto con mi novia, alcanzamos a treparnos al techo por la ventana porque el agua subía rápidamente," indicó Fabrice Petit du Bosquet, un habitante de L'Aiguillon-sur-Mer, donde cientos de familias debieron pasar la noche en albergues improvisados en escuelas y salas de baile.
"Intentamos subir nuestras cosas al entresuelo, pero decidimos que debíamos subir al techo", añadió. "Esperamos allí durante una hora, hasta que vimos al propietario de nuestra casa en un barco".
La Unión Europea (UE) indicó que estaba lista para ofrecer apoyo a los países afectados por la tormenta y Francia señaló que podría recurrir a él para costear los operativos de rescate.
El presidente Nicolas Sarkozy, quien se desplazó el lunes a L'Aiguillon-sur-Mer, anunció que desbloquearía 3 millones de euros para ayudar a las víctimas a sobreponerse a los perjuicios económicos del desastre.
"Es una catástrofe nacional, un drama humano con un balance espantoso", señaló.
El ministro de Agricultura, Bruno Le Maire, prometió ayudar a las granjas e industrias pesqueras que fueron fuertemente golpeadas y el ministro de Comercio, Hervé Novelli, indicó que las pequeñas empresas afectadas podrían recibir hasta 10.000 euros (14.000 dólares) en ayuda.
Unos 500.000 hogares se encontraban aún sin electricidad el lunes en la mañana, después de que la tormenta dejase sin luz a un millón de hogares, informó la compañía de electricidad ERDF. Sarkozy prometió que la electricidad sería restablecida en su totalidad el martes.
El tráfico aéreo retornó a la normalidad en el aeropuerto Charles de Gaulle de París el domingo en la tarde, después de que la cuarta parte de los vuelos hubiese sido cancelada anteriormente, informó un portavoz.
Hacia el final de la tarde del domingo, la tormenta se desplazó hacia Alemania, Bélgica y los Países Bajos, informaron meteorólogos franceses.
Al menos cinco personas murieron en Alemania, la mayoría a causa de la caída de árboles, señaló la policía.
Dos hombres murieron en España cuando un árbol de desplomó sobre un coche, y una mujer de 82 años murió tras el colapso de un muro.
Asimismo, un niño de 10 años murió en Portugal tras ser golpeado por una rama y un hombre murió en Bélgica a causa de un árbol caído.
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