SCZ/Globovisión/Mesa de la Unidad
La Mesa de la Unidad Democrática condenó la inhabilitación política de los ex gobernadores Manuel Rosales y Ramón Martínez. La alianza opositora calificó la medida como "ilegal e injusta". Aseguran que "no hay sentencia que los condene por parte de algún Tribunal". Lea el comunicado:
Mesa de la Unidad llama a derrotar cívicamente las inhabilitaciones injustas
La Mesa de la Unidad Democrática condena la inhabilitación, inconstitucional, ilegal e injusta, de nuestros candidatos a diputados Manuel Rosales y Ramón Martínez por parte de la Contraloría General de la República, repitiendo el arbitrario procedimiento utilizado anteriormente para privar a otros venezolanos del ejercicio de sus derechos.
Ya lo habíamos advertido. Teníamos información de que se fraguaba una maniobra. No hay sentencia que los condene por parte de algún tribunal de la república, y ni siquiera se esperó a la conclusión del proceso judicial con una decisión definitivamente firme. Se tomó el atajo de la inhabilitación por acto administrativo, por el tiempo exactamente necesario para que no puedan presentar sus candidaturas a diputados a la Asamblea Nacional.
En realidad, lo que este nuevo atropello a la constitucionalidad evidencia, es el temor que los poderosos de hoy tienen a la voluntad del pueblo expresada mediante el recurso pacífico, cívico y democrático del voto. Por eso se apresuran a evitarla, sin siquiera guardar las formas ni preocuparse por aparentar respeto a una Constitución que invocan pero que no acatan, que muestran, pero no obedecen.
No nos sacarán de la ruta electoral. La Unidad de los demócratas de Venezuela tiene como premisa número uno la revalorización de la Constitución, como marco para la convivencia de todos los venezolanos, y pauta para un desarrollo con prosperidad y equidad.
Los ciudadanos debemos elegir una Asamblea Nacional que se dé su puesto, que legisle para todos, que escoja magistrados justos, que designe un Contralor General al servicio de la nación entera y no de un partido o un gobierno. Para eso llamamos a votar en las elecciones del 26 de septiembre. No es la hora de la frustración ni de la amargura que paralizan, allí quiere llevarnos el gobierno. La indignación debe transformarse en participación.
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