Ya sabemos que del Metro de Caracas puede esperarse cualquier sorpresa: Escaleras mecánicas que nunca han funcionado. Trenes retrasados y atestados de gente en las horas pico. Usuarios que cumplen el trayecto de Propatria a Palo Verde sin aire acondicionado.
Atracos y arrebatones en andenes y vagones, sin contar los sustos en las salidas de las estaciones. Y hasta angustiados ciudadanos que en la mañana piden dinero para pagarle la operación a su abuelita, y en la tarde se convierten en víctimas de una enfermedad terminal para pasar la raqueta. Ahora, que además de este catálogo del horror, nos enteremos que pululen las chiripas, al punto de que alguien tenga que ofrecer su servicio para exterminarlas... eso es el colmo.Foto: Manaure Quintero
Cort. TalCualDigital
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