Por: VenEconomía
La destrucción de la industria petrolera de Venezuela en estos 12 años, no solo se debe a la corrupción y a la ineficiencia, también la induce un grave error estratégico del proyecto político de Hugo Chávez.
En los años 90 en Venezuela se impulsó una política de apertura petrolera que incluía: contratos de servicios de PDVSA con empresas privadas, para recuperar los campos petroleros agotados (los llamados campos "marginales") y asociaciones estratégicas que desarrollaban nuevas tecnologías para mejorar el crudo extrapesado de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Estos proyectos eran un ganar-ganar: En los contratos de servicios los inversionistas privados ponían todo: ingenio, tecnología y capital, mientras que el Estado venezolano se quedaba con 70% de la ganancia. Con las asociaciones estratégicas, la historia era esencialmente la misma.
Pero, en estos planes de apertura la cuestión no era sólo de producir más petróleo, puesto que por cada dólar que se invertía se generaban $2 de actividad no petrolera.
Si este Gobierno bolivariano hubiera seguido en esta ruta hoy Venezuela estaría produciendo entre 7 u 8 millones de b/d y el país sería un factor clave en las negociaciones económicas del mundo. Chávez además sería considerado un estadista con una proyección internacional. Más importante aún para los venezolanos, es que se habría impulsado a pequeñas y medianas industrias; el sector habitacional sería pujante y habría abundantes fuentes de empleo.
Pero, la historia no tiene este final feliz.
Con total falta de visión de futuro, Hugo Chávez eliminó el Plan de Negocios de PDVSA, y sacó a las experimentadas empresas de las asociaciones estratégicas y de los convenios operativos. Lo peor, es que esas empresas privadas fueron sustituidas por empresas estatales de países "amigos" de la revolución que no conocen el negocio y no tienen capital ni tecnología.
Las consecuencias más tangibles de esta estrategia destructiva:
1) Venezuela hoy sólo produce 2,5 millones de b/d, unos 6 millones de b/d menos que los 7 u 8 que se proyectaban en 1999.
2) El sector industrial está gravemente constreñido y las fuentes de empleo productivo están en extinción.
3) La Balanza de Pagos está en crisis y el país atraviesa su tercer año en recesión.
4) El Gobierno ha puesto al Estado venezolano de rodillas ante otros países en busca de los recursos económicos que ha dejado de producir.
5) Ha endeudado al país, estrangulando el futuro de nuevas generaciones. De los 2,5 millones de b/d que se producen, más de 10% está comprometido para pagos de deudas. Esto sin contar con los eventuales pagos por demandas que cursan en tribunales de arbitraje internacional.
Más de una década perdida..
Fe de errata:
En el opina del miércoles 16 de marzo se dijo erróneamente que los estudiantes que estaban a las puertas del PNUD habían levantado la vigilia. Los estudiantes que están a las afueras del PNUD mantienen su huelga de hambre, la cual ya suma su vigésimo tercer día. Los estudiantes que levantaron la vigilia fueron los que estaban a las puertas de la OEA, quienes ahora entraron en una fase más radical de Operación Libertad. VenEconomía ofrece sus disculpas a los lectores por este malentendido.
En los años 90 en Venezuela se impulsó una política de apertura petrolera que incluía: contratos de servicios de PDVSA con empresas privadas, para recuperar los campos petroleros agotados (los llamados campos "marginales") y asociaciones estratégicas que desarrollaban nuevas tecnologías para mejorar el crudo extrapesado de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Estos proyectos eran un ganar-ganar: En los contratos de servicios los inversionistas privados ponían todo: ingenio, tecnología y capital, mientras que el Estado venezolano se quedaba con 70% de la ganancia. Con las asociaciones estratégicas, la historia era esencialmente la misma.
Pero, en estos planes de apertura la cuestión no era sólo de producir más petróleo, puesto que por cada dólar que se invertía se generaban $2 de actividad no petrolera.
Si este Gobierno bolivariano hubiera seguido en esta ruta hoy Venezuela estaría produciendo entre 7 u 8 millones de b/d y el país sería un factor clave en las negociaciones económicas del mundo. Chávez además sería considerado un estadista con una proyección internacional. Más importante aún para los venezolanos, es que se habría impulsado a pequeñas y medianas industrias; el sector habitacional sería pujante y habría abundantes fuentes de empleo.
Pero, la historia no tiene este final feliz.
Con total falta de visión de futuro, Hugo Chávez eliminó el Plan de Negocios de PDVSA, y sacó a las experimentadas empresas de las asociaciones estratégicas y de los convenios operativos. Lo peor, es que esas empresas privadas fueron sustituidas por empresas estatales de países "amigos" de la revolución que no conocen el negocio y no tienen capital ni tecnología.
Las consecuencias más tangibles de esta estrategia destructiva:
1) Venezuela hoy sólo produce 2,5 millones de b/d, unos 6 millones de b/d menos que los 7 u 8 que se proyectaban en 1999.
2) El sector industrial está gravemente constreñido y las fuentes de empleo productivo están en extinción.
3) La Balanza de Pagos está en crisis y el país atraviesa su tercer año en recesión.
4) El Gobierno ha puesto al Estado venezolano de rodillas ante otros países en busca de los recursos económicos que ha dejado de producir.
5) Ha endeudado al país, estrangulando el futuro de nuevas generaciones. De los 2,5 millones de b/d que se producen, más de 10% está comprometido para pagos de deudas. Esto sin contar con los eventuales pagos por demandas que cursan en tribunales de arbitraje internacional.
Más de una década perdida..
Fe de errata:
En el opina del miércoles 16 de marzo se dijo erróneamente que los estudiantes que estaban a las puertas del PNUD habían levantado la vigilia. Los estudiantes que están a las afueras del PNUD mantienen su huelga de hambre, la cual ya suma su vigésimo tercer día. Los estudiantes que levantaron la vigilia fueron los que estaban a las puertas de la OEA, quienes ahora entraron en una fase más radical de Operación Libertad. VenEconomía ofrece sus disculpas a los lectores por este malentendido.
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