Eso de esperar los alimentos en el refugio no va conmigo. Es por ello que me acosté a las puertas de este centro de acopio para recibir, de primera mano, parte de los donativos. Esperar a que la burocracia roja rojita haga llegar lo que la comunidad asiática reciba es algo muy arriesgado.
Se puede desviar en el camino, o correr la misma suerte que los alimentos que importó Pdval. Como yo creo en eso de que "burro amarrado, leña segura", me quedó aquí hasta que abran y me den lo que me toca.Foto: Saúl Uzcátegui/TalCualDigital
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